Un partido complicado desde el minuto uno. Alcaraz hizo un primer set desastroso, el peor de toda su carrera reciente: 16 puntos perdidos con sus saques, 13 errores no forzados y 3 ‘breaks’ encajados. Un mal comienzo que se reflejó al final del set, ya que el murciano mostró una de sus caras menos conocidas tirando su raqueta contra su banco.
El partido americano era totalmente diferente. Mentalmente impasible, aguantando contra las ráfagas de potencia murciana, Pablo iba tomando los platós. Rompió el primer período de servicio, consolidando dicha ventaja de manera inmediata. En el resto de saques no desfallecía. Sin embargo, cuando el del Palmar pensó que la había perdido, logró recuperar el break del primer juego del partido, pero el jugador de Voorhees (Nueva Jersey) respondió rápidamente con un contragolpe instantáneo.
Con el segundo set las cosas empezaron a cambiar. Paul dio un paso adelante y disfrutó de una pelota rompiente en el cuarto juego. Alcaraz empezó a soltarse y salió de la situación con su famosa izquierda. Pese a que el americano consiguió devolver el balón, el murciano remató bien arriba y consiguió mantener ese servicio. Las gradas comenzaron a moverse.
Alcaraz se puso serio y empezó su resurgimiento y, con un último punto de escándalo, logró el empate. Las cosas empezaban a complicarse para Paul. De nuevo partido en blanco, comenzó el partido para el murciano salvando hasta tres bolas de break en el octavo juego. Los españoles lograron obtener la triunfo parcial.
En el tercer set se dio la respuesta del partido. Sin embargo, el norteamericano no se dejó intimidar por el hombre del Palmar. Mayores ángulos y menos golpes en las bolas hicieron que Paul obtuviera la ventaja frente a Alcaraz, aunque no sería fácil de batir.
Después de 2 horas y 21 minutos, el murciano vivió un déjà vu. El estadounidense consiguió el boleto para las semifinales, las primeras para él en un certamen de nivel Masters 1000. El de Voorhees se enfrentará en dicha ronda al ganador del partido entre el francés Gaël Monfils y el italiano Jannik Sinner.