Badalona no renueva la ayuda a los vecinos desahuciados de la calle Calderón de la Barca


Tres mujeres, cuatro menores y un hombre con discapacidad física se quedarán en la calle a partir del martes, si no hay ningún libramiento inesperado en las últimas horas. Este lunes acaba la ayuda que el Comunidad les ofreció a posteriori de que los desahuciaran del edificio donde vivían, hace tres semanas, en la calle Calderón de la Barca del distrito de La Salut. 

Las mujeres y los niños se habían alojado provisionalmente en una pensión y el hombre en el centro municipal de acogida de Can Bufí Vell, sin que por el momento hayan podido encontrar una alternativa de vivienda. Denuncian que la situación que viven es “orilla”, ya que al “drama” del desahucio se añade que una de las mujeres padece cáncer de mama y otra una discapacidad visual del 90%.

Advertidos desde hace dos abriles

El consistorio entiende que no puede alargarse más el alojamiento temporal de estas personas, financiado con fortuna municipales. En un breve comunicado emitido este lunes, el gobierno municipal recuerda que los afectados sabían que debían marcharse del edificio “desde hacía dos abriles” porque estaba en mal estado.

Encima, el Comunidad les acusa de existir en pisos “ocupados de forma ilegal” y dice que la ayuda que se ha ofrecido hasta ahora a ocho de las personas afectadas -el desahucio dejó en la calle a otras ocho personas que no han recibido ninguna ayuda- fue fantástico” porque se trataba de familias con una situación de “longevo exigencia”.

La vivienda desalojada por los Mossos en la calle Calderón de Badalona

La vivienda desalojada por los Mossos en la calle Calderón de Badalona. 

Jordi Pujolar / ACN

Esta ayuda termina este lunes y el martes tendrán que dejar la pensión antaño de las 11 h de la mañana, según las afectadas. De las tres mujeres hay una sola y que tiene una discapacidad visual del 90%, mientras que las otras dos tienen menores a su cargo. “Mañana habrá niños que cuando vuelvan de la escuela no tendrán adónde ir”, denuncia la plataforma Sant Roc Som Badalona.

Una de las mujeres está divorciada con dos niñas de 13 y 17 abriles. Se fuego Souad y explica que no tiene trabajo y que le es inalcanzable conseguir un acuerdo de arrendamiento en su situación presente: “No tenemos dónde acostarse mañana y mis hijos estudian aquí. No queremos irnos de la ciudad y no tenemos ninguna otra tribu”.

Ya no es cuestión de ideología, se tráfico de ser o no persona


Carles SaguésPortavoz Plataforma Sant Roc Som Badalona

La otra mujer, Bakali, tiene dos hijas de 6 y 13 abriles, por otra parte de otros dos hijos, mayores de tiempo y que están viviendo en casa de amigos porque la ayuda municipal sólo afectaba a los menores. En la misma situación está su marido. Ella por otra parte sufre cáncer de mama desde hace más de un año. “Queremos que nos ayuden a averiguar un tierra de arrendamiento. No queremos mínimo arbitrario”, exclama.

En esta camino se ha reivindicado incluso la plataforma Sant Roc Som Badalona, que apoya a los afectados desde el primer momento. Este lunes se reunieron por enésima vez para intentar encontrar una posibilidad temporal, que no llega. “Esperamos una reacción, que haya un poco de cordura por parte del Comunidad”, reclama el portavoz de la entidad, Carles Sagués.

Carles Sagués, con tres de las mujeres desahuciadas.

Carles Sagués, con tres de las mujeres desahuciadas.

Jordi Pujolar / ACN

Desde los movimientos sociales ven “inaceptable” e “incomprensible” que la oficina no haga mínimo por estas familias. “Ya no es una cuestión de ideología. Es ser persona o no serlo”, espetó Sagués. “Tienen capacidad para descolgar el teléfono y alargarles su estancia y no lo hacen”, se lamenta.

Sagués denuncia la forma en que el gobierno del PP en Badalona tráfico la pobreza y recuerda que sin el apoyo de las administraciones será “inalcanzable” que estas personas puedan optar a un acuerdo de arrendamiento y, en consecuencia, al conjunto de ayudas previstas por la propia oficina.

Los hombres, tres semanas en la calle

Diferente de los casos más extremos de las mujeres, los menores y el hombre con discapacidad física, el desahucio de la calle Calderón dejó a ocho personas más en la calle, se tráfico del resto de hombres que vivían en el edificio en escombros y que no han optado a la ayuda “fantástico” ofrecida por el Comunidad.

Hay tres -un padre y dos hijos- de una misma tribu, la de Bakali. Un cuarto hombre que vive solo logró arrendar una habitación en un tierra tutelado de la Fundación Roca i Pi, mientras que los otros cuatro malviven como pueden entre pensiones -los días que se pueden pagar- o compartiendo sombra en el interior del taxi de uno de los afectados.

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