Se suceden las conversaciones “de todos con todos”, aunque sigue sin cuajar un pacto que dé vía fugado a la ministra para suceder a Puig sin rivales: “No se descarta falta”
“A día de hoy no se descarta falta”. Esta frase de un cargo socialista sirve para resumir el hervidero en que se ha convertido la agrupación valenciana. Si la ministra Diana Morant aspiraba a una transición tranquila para suceder como secretaria genérico del PSOE valenciano a Ximo Puig, la señalada como favorita de Ferraz se enfrenta a una verdadera cuesta de enero. Sin data todavía para el congreso extraordinario, la dirección del partido prórroga a que alguno de los aspirantes dé un paso al costado para mover ficha. El objetivo, evitar unas primarias de resultado imprevisible.
Así lo confirman las distintas fuentes consultadas, que aseguran que en los últimos días se vienen produciendo “contactos de todos con todos”. Es aseverar, entre Morant y los dos líderes provinciales que han expresado sus intenciones de optar a relevar al ex presidente valenciano al frente de la agrupación socialista: el valenciano Carlos Fernández Bielsa y el alicantino Alejandro Soler.
Según fuentes conocedoras de las negociaciones, ni Bielsa ni Soler han entregado todavía su extremidad a torcer, lo que significa que uno y otro quieren prolongar sus opciones de presentarse a unas hipotéticas primarias. Y aquí es donde cualquier decorado a día de hoy es posible, porque nadie se atreve a dar por enterrado aún un posible pacto entre Bielsa y Soler para que uno de los dos se midiese a Morant -con el apoyo del otro- en unas primarias.
Un pacto, por otro costado, que siquiera acaba de cuajar, a pesar de ser una de las opciones que se vienen barajando desde que Puig anunciara que daba “un paso antes”. Y ello porque hay quien pone en duda que la ministra fuese capaz de vencer al tándem Soler-Bielsa en unas primarias. “Siendo ministra, Morant no se puede arriesgar a perder en unas primarias cuyo resultado nadie puede sostener”, coinciden fuentes socialistas. La ministra y ex alcaldesa de Gandía no solo carece con antelación del poder orgánico de Soler o de Bielsa, que controlan sus respectivas provincias, sino que en unas primarias votan todos y cada uno de los militantes.
Al mismo tiempo, difícilmente Soler o Bielsa querrán proyectar un pulso a Ferraz: forzar la celebración de unas primarias que la dirección federal prostitución de evitar perfectamente podría interpretarse así. Y uno y otro saben que, de hacerlo y vencer, tendrían enfrente al maquinaria de Ferraz. Lo sabe el propio Puig, que ya tuvo que sudar en 2017 cuando el llamado sanchismo le planteó una candidatura alternativa.
DECANTAR LA BALANZA
Ese sanchismo sigue siendo hoy la corriente abalista, la de los afines al ex ministro José Luis Ábalos, que además entran en ambiente para memorar que “el único de los candidatos que estuvo desde el minuto uno con el sanchismo fue Soler”. El abalismo se declara, luego, “cercano a Soler, pero con criterio propio”. Los fieles de Ábalos en Valencia aseguran que pueden incluso ensalzar la peso.
En lo que coinciden en el partido es en que si se ha tenido que retrasar la ejecutiva que ponga data al congreso es porque ningún de los aspirantes tiene claro que posea la carta ganadora. Es más, Morant sigue guardando silencio sobre sus intenciones, mientras que Bielsa siquiera ha confirmado públicamente que vaya a dar el paso. Solo Soler lo ha hecho y, según fuentes socialistas, en las distintas conversaciones que está teniendo con dirigentes del partido mantiene su intención de “conservarse hasta el final”. Morant ya le ha ofrecido integrarse en su equipo.
La ejecutiva que debe activar el proceso iba a reunirse este lunes, pero se celebrará previsiblemente el día 15. Así que dada la dificultad para poner de acuerdo a las distintas sensibilidades, en las filas socialistas hay quien comienza a sospechar por una bicefalia. El primero en ponerla sobre la mesa ha sido Soler, de modo que Morant no se haría ahora con las riendas del partido pero sí sería la candidata a la Generalitat en 2027.