¿Cómo puede afectar a la campaña electoral gallega la crisis de los pellets?


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BNG y Sumar intentan revivir el ‘Nunca Máis’ del ‘Prestige’, mientras PSOE y PP se cruzan supuestas culpas

Comparecencia ayer de la líder del BNG, Ana Pontón, en la playa del Matadero (A Coruña) .
Comparecencia ayer de la líder del BNG, Ana Pontón, en la playa del Matadero (A Coruña) .EFE
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La marea plástica que ha empezado a cubrir playas de la costa gallega ha entrado de harto en la precampaña para las elecciones autonómicas del 18 de febrero. Los propios partidos se han encargado de introducirla en la memorándum con el desembarco de sus líderes en las playas más afectadas y la crisis institucional entre las administraciones gallega y estatal por la gobierno de lo ocurrido ha calentado el debate hasta tal punto que el presidente autonómico, Alfonso Rueda (PP), vehemencia a la despolitización. «Quien quiera ayudar que ayude y el que no, que siga haciendo campaña, pero que no estorbe», dice, resumiendo una disputa política que inevitablemente recuerda a la del Prestige en 2002.

Las discrepancias sobre la forma en la que se debe mandar la crisis han cristalizado en intercambio de acusaciones sobre deslealtad entre instituciones. El responsable gallego de Mar, Alfonso Villares, acusa al Ejecutante estatal de conocer desde el 20 de diciembre la situación y no trasladar la información a la Xunta hasta 14 días luego, el 3 de enero. Sin bloqueo, el Gobierno de Pedro Sánchez insisten en que Socorro Marino de Fisterra informó al Servicio de Guardacostas de la arribada de los pellets ya ese día 20.

Los propios partidos políticos agitan el Prestige, intentando capitalizar el posible desgaste que un nuevo desastre medioambiental podría tener en las elecciones, castigando a los dos partidos de Gobierno. El clima político recuerda al que derivó en el movimiento Nunca Máis, centrado en atacar al PP que gobernaba en Galicia y España. Ahora, las competencias se reparten entre PSOE en Madrid y el PP en Galicia y son la izquierda más radical y el nacionalismo los que utilizan ese argumentario e intentan sacar réditos de la sociedad civil que se moviliza para lustrar las playas, para que el descontento se traduzca en votos a 40 días de las elecciones, cuando todas las encuestas apuntan cerca de una mayoría del PP.

Hace 21 primaveras, esa logística no desgastó a los populares en las municipales del año próximo: repitieron en sus alcaldías históricas de la zona cero del chapapote. El entonces presidente autonómico, Manuel Fraga, sí perdió la Xunta, pero casi tres primaveras luego y queda por demostrar el impacto de la gobierno del Prestige en la conquista del bipartito PSOE-BNG que gobernaría sólo cuatro primaveras.

La candidata del BNG el 18-F, Ana Pontón, recriminó al candidato del PP y presidente en funciones, Alfonso Rueda, que en presencia de la marea de pellets esté repitiendo la «marea de mentiras, manipulación e incompetencia» que ya utilizó en el Prestige mientras que la habitante de cartel de Sumar, Marta Lois, insistió en que «las siglas del PP recuerdan al Partido de la Plastilina», en cita a que, tras el Prestige, Mariano Rajoy, portavoz del Gobierno de Aznar, dijo que del petrolero salían «pequeños hilitos, regueros solidificados con aspecto de plastilina».

Además el PSOE recuerda aquellos días de 2022 para atacar al PP. El corregidor de Vilagarcía y presidente de la Asociación Gallega de Municipios y Provincias, Alberto Varela (PSOE), les reprocha: «No aprendieron mínimo de la nefasta gobierno que hicieron de la crisis del Prestige y repiten el maniquí sin importarles lo que le pase a nuestro mar ni a quién vive de él».

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