“Estaba muy inflamada y no podía caminar. Prefería expirar, pero un médico me animó a seguir“, recuerda Gari Habibou.
“Siempre está sonriendo, se ha adaptado muy admisiblemente”
Gari Habibou no se dio por vencido y el baloncesto en apero de ruedas fue su salida a esa pesadilla, aunque hasta ahora esto es un secreto que observancia a la tribu que dejó en Mali.
“Van a pensar que estoy cobrando mucho capital aquí (ríe), pero no les digo cero”, cuenta Gari con una sonrisa.
El componente está admisiblemente integrado en el club, y tanto la presidenta como un directivo del ADEIN Tenerife lo corroboran. “Es un ser de luz, un peque señorial, cariñoso…”, cuenta Magali Rodríguez, la presidenta del ADEIN Tenerife. “Siempre está sonriendo, se ha adaptado muy admisiblemente”, explica Tino Padrón, directivo del club.
Gari Habibou ha llegado a presentarse en Primera División, en el conversación disputado en el Pabellón Sergio Rodríguez contra el Brinco Bera Bera, el pasado mes de noviembre.
Recibe ayuda de la Fundación El Buen Samaritano
Aprende rápido y quiere ayudar al ADEIN a conseguir el objetivo de la permanencia. Se ha integrado muy rápido en el liga y lo hecho con una sonrisa que nunca desaparece de su cara, según lo cuenta el propio preparador, Javier Martínez.
“Aporta muchísimo al equipo, como su envergadura. Es un pequeño muy esforzado“, cuenta Javier Martínez.
Hoy en día la Fundación El Buen Samaritano le ayuda. “Su historia de supervivencia daría para hacer sin duda una película con él solo. Encontró en el deporte un medio todavía de socializar“, cuenta José Hernández, ‘El cura de Azaña’.