Si el requisito que exigía el Gobierno central para ponerse manos a la obra era que la Xunta elevara un peldaño su nivel de emergencia anticontaminación por la crisis de los pellets, al Ejecutante de Sánchez ya no le quedan excusas. Horas a posteriori de que lo hiciera Asturias, región a la que habían llegado ya los microplásticos pero en cantidades sustancialmente inferiores que a Galicia, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado este martes que la región incrementa en un nivel –del auténtico al medio– su Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Acuarela Accidental (Camgal). Luego, Cantabria ha accionado el mismo nivel del suyo. El País Vasco, por su parte, ha activado su plan y poco a posteriori han aparecido los primeros pellets.
«Si hace error esa explicación, explicación hecha, pero para que hagan ese trabajo», protestó el patriarca del ejecutor gallego tras inspeccionar en Porto do Son (La Coruña) la playa de Espiñeirido, una de las muchas afectadas por la marea de microplásticos de cinco milímetros que las olas escupen en dirección a la costa a posteriori de que en diciembre un mercante perdiera parte de su carga en aguas portuguesas. «La Xunta trabaja con los ayuntamientos en la honestidad de las playas, lo que le pedimos al Gobierno central es que colabore todavía«, reclamó el presidente gallego, informa Pablo Pazos.
El plan gallego, en la raya de los de las otras comunidades autónomas afectadas, tiene como objetivo proteger a las personas, el medio concurrencia y los fortuna que puedan resultar afectados por episodios de contaminación marítima accidental. Establece tres niveles de emergencia: el reducido, para los episodios de contaminación que sean «de pequeña compromiso y extensión»; el segundo, para casos de «compromiso o extensión media»; y el mayor, cuando «la compromiso o extensión de la emergencia supere la capacidad de respuesta de la Comunidad Autónoma».
La Xunta, tal y como ha recordado el presidente gallego, lo activó el pasado 3 de enero, en su nivel 1, a posteriori de que el Gobierno central le informase del basura de parte de la carga del buque ‘Toconao’ frente a la costa portuguesa. Y este martes, el Camgal ha pasado a nivel 2 (medio), porque la Xunta «no tiene ningún problema en hacerlo», y es un «requisito» del Gobierno de Sánchez para barloar el hombro. Porque el Estado, recordó Rueda, es quien tiene competencia monopolio en el mar.
Atacarlos en el mar
Porque es ahí, en el mar, donde la Xunta cree que debe enfrentarse el problema. A las playas llega de forma constante una tromba de pellets, pero todavía sacos de estos microplásticos que por suerte no se rompieron con el basura ni en semanas posteriores. Y la Xunta quiere que el Gobierno ponga los medios adecuados para impedir que «todos estos sacos que están en el mar» alcancen la costa. «El momento de recogerlos es ahora, que están en el mar, y las corrientes de estos días va a hacerlo más manejable», añadió Rueda.
Con destino a el mar apuntan todavía desde Cantabria. Su gobierno elevó a nivel 2 su plan (Plantercant) para pedir al Ejecutante de Sánchez que intervenga en las aguas con el fin de que los pellets no lleguen a su costa. El gobierno montañés lamenta «la error de reacción» del Profesión para la Transición Ecológica, pues hace más de un mes del basura y de poco servirán los esfuerzos para quitar las playas si no se recogen ayer en el mar. Este martes ha trascendido, encima, que Portugal informó a España ya el 8 de diciembre de que el ‘Toconao’ había perdido seis contenedores. El Gobierno había dicho que no supo de la arribada de pellets hasta el día 13 a través de una citación de 112 a Rescate Marino.
Este martes, tras semanas de una marea continua de pallets, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha prometido que el Gobierno actuará en Galicia, como ya hace en Asturias. En su cuenta de X, ha explicado que trabajan con los técnicos asturianos para «explicar las actuaciones de honestidad». Y ahora que Galicia tiene el nivel 2, se pondrán allí «manos a la obra». No ha concretado ni con qué medios ni cómo lo harían, y ha achacado las quejas del presidente gallego a la cercanía de las elecciones autonómicas del 18-F.