La citada comarca no tiene suerte con sus enlaces con la ciudad ni mediante carretera ni a través del ferrocarril, como ya se ha manifestado en más de una ocasión. La Empresa suele poner mucho cuartos encima de la mesa para construir nuevas
infraestructuras pero luego envejecen mal, con un mantenimiento deficiente que añaden peligrosidad al servicio que prestan.
Luego hay otras cuestiones que forman parte ya de la idiosincrasia ourensana: la apatía y el desinterés por aquellas cosas que hay que preservar. Valdeorras es el pulmón exportador de la provincia, el monocultivo industrial de la pizarra es un balón de oxígeno en las actividades económicas, pero sus comunicaciones son pésimas.
Queda fuera de toda deducción que donde hay una fuente de riqueza se posterguen las soluciones. Pero, como queda dicho, esto es muy ourensano. A lo sumo, de vez en cuando, una queja de un diputado o un lamento de un dirigente empresarial. O ni eso siquiera.