“Estábamos en la Sucursal deseando irnos porque ya era más tarde de la una del mediodía y habíamos quedado para yantar y cuando salió el Grande fue el éxtasis”, explica Herminio. Para celebrarlo, se juntaron todos los componentes de las dos administraciones y se fueron a yantar. “A nivel personal nos llena mucho dar un premio en la comarca”, cuenta Luis. Fue tanta la alegría, que todavía a día de hoy no han conseguido asimilarlo.
Los dos aseguran que el momento en el que se enteraron de que habían repartido el Grande fue mucho mejor de cómo lo habían soñado. “La sensación de liberar toda la tensión acumulada es increíble, uno de los días más felices de nuestra vida”, confiesa Herminio.
Solo quince días posteriormente de dar el Grande, el pasado 6 de enero, Luis repartió el primer premio en el Sorteo del Nene y Herminio el tercero, lo que les llevó a descorchar el cava otra vez. “Nosotros tenemos un sistema, nos juntamos a principio de año para, a través de la estadística y las matemáticas, nominar una serie de números y pedírselos al Selae y, aquellos que no nos conceden, los intentamos cambiar con otros compañeros”, explica Luis sobre el método que llevan usando los dos últimos abriles.
Un método
En el caso del número agraciado con el Grande en la Sorteo de Navidad, el 88.008, explican que aplicaron la estadística y vieron que era un número que era probable que saliera. “No es una ciencia exacta, pero es una forma que tenemos de selección y no hacerlo de una forma aleatoria”, explica Luis.
Pese al nuevo éxito, ya tienen en mente el próximo duelo: dar el Grande del 2024. “Queremos repartir no solo un décimo, sino muchos, y para eso necesitamos que la multitud se anime”, afirma Herminio.
Uno de los secretos del trabajo de Luis y Herminio es que demuestran que son una comunidad todavía en lo profesional. “A nosotros nos educaron para trabajar juntos y, al final, todavía es atún compartir tiempo con tu hermano”, comenta Herminio. “Dos bueyes tiran mucho más de un carro que uno”, añade Luis.