La principal explicación es la caída de los fuelóleos -combustibles elaborados a partir de productos residuales obtenidos de procesos de refino de petróleo y utilizados industrialmente en hornos, calderas, secadores, motores de cogeneración-, al pasar de 11.928 toneladas en los primeros seis meses del año a 8.011. Respecto a la gasolina, hay un ligero aumento (lo que se explica por el peso que está ganando este tipo de vehículos en el parque móvil) y el diésel A se mantiene en cifras casi idénticas. Finalmente, en lo que respecta al diésel B -de uso agrícola- el descenso también es considerable, pasando de más de 20.000 toneladas el año pasado a poco más de 17.000.
Respecto a la tendencia de los últimos años, el consumo no ha dejado de caer desde que alcanzó su máximo en 2008, cuando se vendieron 184.000 toneladas de combustible en la provincia. Comparando 2008 y 2023, ahora se gasta un 26% menos de gasolina, un 10% menos de diésel A, un 31% menos de diésel agrícola y un 67% menos de fuelóleos. Esto se debe, entre otros factores, a las mejoras en los motores de combustión y a la introducción de sistemas eléctricos y energías renovables en los vehículos.
La gasolina y el diésel cierran agosto a precios récord
La vuelta de la operación vacacional no ha dejado de hacer subir el precio del combustible, que está cerrando el mes de agosto en máximos en más de medio año. Según datos del Geoportal de Gasolineras, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el precio de la gasolina de 95 octanos se situó ayer en 1.765 euros el litro en la provincia. La gasolina no alcanzaba este precio desde el 7 de diciembre de 2022 (sin tener en cuenta el descuento en el precio del combustible que estaba vigente en ese momento).
En el caso del diésel, los precios también han seguido creciendo en los últimos días. Ayer el precio medio fue de 1.663 euros el litro de combustible, costo que no se alcanza desde el 7 de febrero de este año, hace más de seis meses.