En este sentido, este versado compara la situación flagrante con pequeños dientes de sierra o una meseta estable sin un claro descenso y asegura que de registrarse un descenso significativo de positivos, la experiencia demuestra que el mayor se podría alcanzar esta semana o en la cuarta de enero.
Armenteros reconoce que la afluencia ha disminuido poco en los centros de vigor de Atención Primaria porque han bajado los pacientes con patología banal, pero no así las urgencias hospitalarias donde la resfriado A y los virus respiratorios continúan. “De cada diez casos de pacientes con virus respiratorios, nueve son de resfriado y uno de covid, si correctamente igualmente se observa un aumento de los virus digestivos mientras que la coexistencia de entreambos virus (resfriado y covid) es poco extraordinario”, asegura.
El descenso de casos no es concluyente
Por otro banda, el vicepresidente primero de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (SEMES), Pascual Piñera, considera que este descenso en las positividades no es concluyente ya que tanto puede indicar que el pico se alcanzó ya, o que en los próximos días se produzca una subida importante. “Los datos que este jueves publique el sistema de vigilancia de infección respiratoria aguda, que divulga el Instituto de Lozanía Carlos III, serán determinantes para ver qué ocurre, porque solamente ha habido una semana de descenso y esto aún puede ir con destino a en lo alto, como correctamente dice Atención Primaria”, manifiesta.
Otros médicos especialistas, como Vicente Soriano, coindicen con Armenteros y Piñeira. Indican que las reuniones familiares y los actos sociales de las pasadas navidades han favorecido a la transmisión de la resfriado, cuyo pico mayor se alcanzará igualmente esta semana. “Este virus de la resfriado A no es singular ni ha mutado porque es un virus que estaba en otoños anteriores a la pandemia”, concluye.
Según los expertos, el detención número de contagios del extremo mes se debe a que en los últimos tres inviernos ha habido menos circulación de concurrencia por el aislamiento preventivo correcto a la pandemia, de modo que hay poca inmunidad residual en la población, por lo que no ha desarrollado anticuerpos contra las nuevas cepas de cada año.