El Gobierno acoge positivamente el plan de Urkullu para privilegiar a Cataluña y País Vasco


El Gobierno valora positivamente el plan del Lehendakari, Iñigo Urkulluprivilegiar a las comunidades reconocidas como históricas, País Vasco, Cataluña y Galicia, y que alcancen un mayor “autogobierno”, como ha explicado este jueves el jefe de la Ejecutiva de Vitoria, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), en un comunicado. Artículo publicado en ‘El País’.

Ministro interino de la Presidencia, Félix Bolañosuno de los principales colaboradores de Pedro Sánchez tanto en el Gabinete como en la Ejecutiva del PSOE, ha asegurado haber “leído” la tribuna de Urkullu, y ha sentenciado que “es una propuesta muy legítima, que valoro. No es nuestra”. la propuesta del Lehendakari, pero yo, por supuesto, siempre valoro muy positivamente todas las propuestas que se hacen para encontrar puntos de equilibrio, puntos de acuerdo entre distintos partidos, dentro del marco constitucional, que es lo que hace el lehendakari».

El artículo en cuestión, cuyo título reza «Autogobierno vasco y modelo plurinacional de Estado. Si hay voluntad, es posible un acuerdo”, pide una mayor descentralización que la desarrollada desde 1978 con el Estado de las Autonomías. Un sistema que otorga a cada una de las diecisiete comunidades sus propias instituciones representativas y de gobierno, además de amplias competencias en los servicios básicos del Estado de bienestar, como la sanidad y la educación, e incluso en materia de seguridad, como demuestran las policías autonómicas. de los que disfrutan el País Vasco y Cataluña, con competencia incluso en términos de tráfico. También en materia fiscal, donde por otro lado y desde la Transición se consolidó el régimen especial para vascos y navarros, blindado en la propia Constitución.

Sin embargo, el jefe del Ejecutivo de Vitoria y expresidente del PNV sabe poco, justo en el inicio de un curso político en el que habrá elecciones al Parlamento Vasco en 2024, y en un contexto en el que los peneuvistas están cada vez más amenazados. electoralmente para Bildu, que en las elecciones generales del 23 de julio obtuvo más escaños en el Congreso que ellos. Según explica, en un momento en el que su voto sigue siendo decisivo para la investidura del próximo presidente del Gobierno central, habría que crear una “convención constitucional”, que a su juicio sería el “instrumento ideal” para ” salir de la encrucijada actual».

En resumen, Urkullu admite que la Carta Magna de 1978 “intentó abrir un camino”, pero desde entonces se han producido sucesivos “intentos de regresión” en la vía de una transferencia de competencias a las regiones que “permanecieron en una descentralización política y administrativa”. , pero no fue más lejos». El lehendakari denuncia que se impulsó el “café para todos”, célebre expresión pronunciada en la Transición por Manuel Clavero Arévalo, ministro de Adolfo Suárezpara “llamar a continuación para recortar arriba”.

Y entonces, explica, “las cláusulas horizontales de la Constitución comenzaron a aplicarse para ir más allá de su naturaleza y encubrir una invasión de competencias y de las comunidades autónomas, incluso de sus competencias exclusivas”. Todo ello, añade, “con la actitud comprensiva de un Tribunal Constitucional cuyo prestigio ya no es el que tuvo en sus inicios.

Para el lehendakari, “ahora se abre una oportunidad y puede que sea el momento de dar nuevos pasos”. Y para ello, y a través de esta convención constitucional, sería que sin modificar la Constitución “se lograría un avance sustancial en el carácter plurinacional del Estado y en el desarrollo nacional del autogobierno de Euskadi y, en su caso, también de Navarra”. ser posible.” y el resto de comunidades históricas”, asegura en referencia a Cataluña y Galicia. Por si no quedó claro, concluye: “Es decir, de los que tenían un modelo de autogobierno anterior a la Constitución de 1978”.

Respuesta de Juanma Moreno

Desde el Partido Popular, que está inmerso en un proceso de investidura en el que el PNV se ha presentado como el actor más factible con el que llegar a un entendimiento, se ha evitado una actitud de choque frontal. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, afirmó en dos entrevistas radiofónicas que “entienden” la propuesta de Urkullu, pero estableciendo límites claros: “Cualquier cosa que haya españoles de primera y españoles de segunda, el PP no lo va a aceptar, y de ahí el PP no se va a mover. El vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper, consideró que “antes de reinterpretar la Constitución lo que hay que hacer es recuperarla. Tenemos que recuperar los principios constitucionales. Sin embargo, Sémper sí lo hizo”. Reconoce como positivo que el planteamiento se haga dentro de la Constitución: “Esa es una diferencia notable respecto a los separatistas catalanes”.

Las reacciones de otros gobiernos autonómicos no se hicieron esperar. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, recordó que Andalucía “conquistó la autonomía del mismo modo que el resto de comunidades históricas y eso hay que respetarlo”. Y finalizó su mensaje, exigente a la par que conciliador, así: «Es bueno dialogar para avanzar en el autogobierno, como propone Urkullu, pero sin relegar a nadie y siempre dentro de la Constitución».

Su consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública, José Antonio Nieto, fue más duro al asegurar que estos acercamientos se producen ahora que “hay un Gobierno español débil que no entiende que hay que tratar a todos los ciudadanos por igual, independientemente de donde estén”. son.” La ministra de Justicia andaluza ha sostenido que la visión de Urkullu de impulsar la España plurinacional se basa en una tradición ya que “el PNV y los partidos nacionalistas lo vienen pidiendo desde hace décadas”. Y ha afirmado por el contrario que ha habido territorios agraviados como Andalucía, Murcia o la Comunidad Valenciana por sistemas de financiación deficientes.

Por su parte, el portavoz del Gobierno de Castilla y León y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, lo ha definido como una estrategia “para beneficiar a tres comunidades autónomas” con lo que “generaría desigualdades que no se deben incurrir”. ” Desde su territorio el mensaje es claro: “no parece lo más adecuado” establecer cambios que mejoren la situación de unas autonomías “y no la del resto”. Defendiendo que “lo lógico es que la mejora del modelo se contemple para todas las comunidades, no debe haber comunidades de primera ni de segunda”.

Desde las filas socialistas, el expresidente de la Comunidad Valenciana, también ha mostrado sus discrepancias: «Me parece bien que el País Vasco tenga esa ambición, pero nosotros, los valencianos, también tenemos nuestras ambiciones. Y en cualquier caso, el debate territorial en España no puede centrarse sólo en Euskadi y Cataluña; absolutamente”.

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