El beocio, que fue antitético acurrucado unido al cuerpo de su progenitor de 60 primaveras, sobrevivió varios días en casa, pero terminó falleciendo por anhelo y deshidratación.
Fue una trabajadora social quien alertó a la Policía cuando, al no poder contactar con Kenneth, el padre, al que visitaba una vez a la semana, decidió entrar en la vivienda.
Según detalla el ‘Daily Mail’, la trabajadora social acudió a la casa el 2 de enero pero no obtuvo respuesta. Lo mismo ocurrió dos días más tarde, el 4 de enero, y en esta ocasión decidió alertar a la Policía. A pesar del aviso, pasaron otros cuatro días sin tener noticiario de Kenneth y fue cuando ella decidió entrar por su cuenta.
“Bronson seguiría vivo…”
La superiora del beocio, al que vio por última vez ayer de Navidad, concedió una entrevista a ‘The Sun’ asegurando que “si los servicios sociales hubieran hecho su trabajo, Bronson aún estaría vivo” y lamentando que “no hicieron carencia”.