Ourense, la Okinawa gallega con 361 ancianos centenarios



La provincia de Ourense va camino de convertirse en la renta mundial de la perdurabilidad. Tanto es así, que está alcanzando cifras similares a las de Okinawa, la región japonesa que se ha hecho famosa por abrigar algunas de las personas más longevas del mundo.

Esto es posible gracias a que con el paso de los abriles, la inventario de centenarios va engrosando. Según los últimos datos ofrecidos por la Estadística Continua de Población que publica el Instituto Franquista de Estadística, la provincia ourensana cuenta con 361 personas que pueden presumir de que su tiempo tiene tres cifras -en tres abriles se ha producido un incremento de más de 100 centenarios-. Adicionalmente de esto, en los próximos meses, 187 ourensanos podrían sobrevenir la barrera de los 100 abriles, lo que aumentaría significativamente el número de centenarios.

Pero, ¿por qué Ourense tiene altas tasas de perdurabilidad?. Según los expertos, en que los mayores ourensanos alcancen estas edades puede influir el termalismo, la calidad del medio, la marcha de estrés, las costumbres arraigadas -que favorecen la socialización- y una dieta saludable con alimentos a los que ahora llamamos de kilómetro cero.

Estos datos se pueden inferir a nivel franquista. De hecho algunos estudios indican que, en el año 2040, España podría ser el país más longevo del planeta. Pasaría así por encima de otros países como Suiza o Japón.

Tres ourensanas, en la inventario de supercentenarias

Tres ourensanas pueden presumir de estar incluidas en la inventario de los 250 españoles con más tiempo. Una de ellas es Esperanza Cortiñas, vecina del ensanche de A Ponte, que ha cumplido 107 abriles en el mes de diciembre.

En una entrevista concedida a torrevieja news today Noticiario, Esperanza desvelaba el secreto para habitar tantos abriles: “Yo creo que es el bailete, que me mantiene activa. Adicionalmente de las risas que me echo con los chistes que contamos las amigas cuando quedamos para retar la partida”. A esto habría que sumarle una dieta variada y un vicio confesable: “un chupito al día de zumo café”.

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