La decisión final la tomó la empresa Endesa, que superó el criterio de administraciones como la Junta de Castilla y León, que consideraban inasumible su conservación por el elevado coste de mantenimiento que suponía el mantenimiento de la central térmica.
224 kilos de explosivos para derribar las dos torres y la chimenea
Para realizar la voladura de las dos torres de refrigeración y la chimenea, se necesitaron un total de 224 kilogramos de explosivos. En concreto, han utilizado 1.176 hoyos para los dos edificios y alrededor de 100 agujeros para derribar la chimenea, que se han colocado en los pilares de ambas torres y en la base de la chimenea. El radio de seguridad ha sido 400 metros de cada una de las estructuras.
En total, la detonación ha provocado 16.900 toneladas de residuos salir a la calle Estos restos serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental y serán valorados como obra ya que han sido utilizados como material de relleno. Por otra parte, han utilizado sistemas de riego y agua nebulizada para reducir el impacto del polvo que ha sido causado por la explosión.
Abierto desde 1966
Los elementos industriales estaban presentes en la localidad leonesa desde 1966, cuando la empresa Endesa decidió crear el complejo de centrales térmicas. entró en funcionamiento Seis años despuésen 1972, y más de 50 años después ha visto cómo ha llegado a su fin.