El viaducto es el segundo de maduro largura del trazado, con 356 metros. Con una prestigio de 43 metros, supera tanto el curso fluvial como la carretera, poco que sumó complejidad a las obras. Cuenta con ocho pilas, sobre las que se desplegó un tablero destinado a soportar la doble vía de ingreso velocidad. “Construido en hormigón pretensado ‘in situ’, en sección cajón, se ha ejecutado vano a vano con el empleo de autocimbra”, explican fuentes de Adif Adhesión Velocidad. La autocimbra es la llamativa estructura que avanzaba de pilar en pilar aguantando el encofrado.
La infraestructura pertenece al tramo Túnel de Rante-Conexión Seixalbo, de 2,3 kilómetros. Es uno de los dos en construcción, ya que asimismo se está ejecutando el tramo Taboadela-Túnel de Rante, de 5,6 kilómetros. En este sector continúan las labores para horadar el citado túnel, de 3,4 kilómetros.
Según trasladan desde Adif AV, “avanza en la excavación desde las bocas sur y finalidad, así como de la muestra transversal número 2”, esta última para favorecer el “ataque intermedio” abriendo dos nuevos frentes de excavación. Por otro costado, desde el Administrador aseguran que se están haciendo progresos en la construcción del maduro viaducto de este tramo, el del río Taberna de Calvos (387 metros), así como en el del río Taboadela. En todo caso, las obras de entreambos tramos acumulan meses de retrasos, lo que pone en peligro la financiación europea.
En total, los dos sectores reciben una inversión de 125,5 millones de euros. Actualmente, los convoyes deben transitar por la vía antigua a partir del cambiador de Taboadela. La variable exógeno es la última cuarto que errata para completar la cuerda de ingreso velocidad entre Madrid y Galicia. “La función remplaza y perfeccionamiento los parámetros del llegada a Ourense hasta Seixalbo”, observan desde Adif.