“He entrenado con el equipo y he notado mucha ilusión, la misma con la que vengo yo. Vengo a la UD Ourense con la misma idea que cuando fui a Carballiño, terminar el arreglo, mirar antes y favor cumplido todos los objetivos”, dice el nuevo ludópata rojillo.
Fichar por la UD Ourense es una testimonio de intenciones. Llega para pensar a lo extenso y seguro que para la anfiteatro es un gracia de finalidad para hacerlo de la mano: “Más que el objetivo de esta temporada, lo que hay aquí es ganas de hacer poco extenso a generoso plazo. Si se puede ascender esta temporada, sería maravilloso. Hay muy buen ámbito en el equipo y en el cuerpo técnico y claro que tenemos que ser ambiciosos y pensar en pelear por el promoción, pero a la vez incluso me han transmitido y he notado que se tienen los pies en el suelo”.
En el Arenteiro, el argumento que le dieron para despedirlo fue rendimiento deportivo. El domingo la UD Ourense tiene partido y él asegura estar perspicaz: “Tengo muchas ganas, la verdad. Ya se lo he dicho al monitor, estoy a disposición del equipo para hacer lo que el equipo necesite de mí”.
“La conciencia tranquila”
La ilusión de lo nuevo convive con una desengaño todavía muy fresco. Hablando con el ludópata de la UD Ourense todavía sale, a la mínima, lo ocurrido hace solo unas horas: “Ya lo he dicho, no me lo esperaba. No me esperaba este final y creo, modestamente, que hice méritos para acoger otra despedida que un tweet. Creo que estaba en el mejor momento de mi carrera, de conseguir dos ascensos. Yo puedo sostener que me voy con la conciencia tranquila y que nadie allí me puede sostener nadie. Duele por eso y es un palo grueso para mí”. Y añade: “Cierro una etapa muy bonita, la más bonita de mi carrera, y empiezo una nueva con muchísima ilusión y muchísima pretensión. No vengo a retirarme, vengo a aceptar a la UDO a donde quiere y a donde se merece”.