Según ha informado el propio gobierno del país oriental, las pruebas fueron llevadas a sitio por el especie de expertos del Empleo de Defensa en aguas frente a su costa este, sin especificar la aniversario de dichas pruebas. La nueva armamento de Kim Jong Un puede navegar por debajo del agua 1.000 kilómetros durante 71 horas y chasquear una carga explosiva atómica.
“La postura de contraataque basada en armas nucleares submarinas de nuestro ejército se está redondeando aún más y sus diversas acciones de respuesta marítimas y submarinas continuarán disuadiendo las maniobras militares hostiles de las armadas de Estados Unidos y sus aliados”, dijo el portavoz del ocupación norcoreano en un comunicado.
A lo que desde el Empleo de Defensa de Corea del Sur se ha respondido hoy pidiendo el cese inmediato de estas pruebas con drones submarinos. ” Nuestro ejército está completamente preparado para las provocaciones de Corea del Ártico bajo una sólida postura de defensa conjunta con Estados Unidos”, dijo en un comunicado, prometiendo respuestas “abrumadoras” si Corea del Ártico realiza una provocación directa.
El tsunami nuclear
Apodado ‘Haeil’, que significa tsunami, el nuevo sistema de drones puede navegar por debajo del agua 1.000 kilómetros durante 71 horas y chasquear una carga explosiva atómica. Se probó por primera vez en marzo de 2023. Los medios estatales dijeron que estaba destinado a realizar ataques furtivos en aguas enemigas y destruir grupos de ataque navales y puertos operativos importantes mediante la creación de una gran onda radiactiva, a través de una golpe submarina. Unos drones que serían la lectura actualizada de los populares torpedos. La última prueba submarina reportada se produjo días posteriormente de que Corea del Ártico disparara un nuevo misil hipersónico de combustible sólido de inteligencia intermedio, y que Washington, Seúl y Tokio condenaron como una pesado violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los enviados nucleares de los tres aliados se reunieron en Seúl el jueves, condenando además el comercio de armas de Pyongyang con Rusia. Y recordaron las amenazas, cada vez más hostiles, cuando el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Ártico visitó Moscú y se reunió con el presidente Vladimir Putin.