Despedido un clarinetista sevillano de la banda municipal de Barcelona por no tener un nivel alto de catalán



José Joaquín Sánchez ha estado durante los últimos 27 abriles tocando el clarinete en la Partida Municipal de Barcelona, y hoy es su final día. Le despiden, no por no hacer correctamente su trabajo si no porque el Concejo le exige el nivel C1 de catalán, una calificación que no tiene a pesar de comprender perfectamente el idioma. Se queja de sufrir en Cataluña una dictadura gramática que, nos dice, se extiende a muchos sectores.

Ahora, luego de casi tres décadas como suplente del Consistorio, José Joaquín Sánchez ha tenido que realizar un concurso de méritos para regularizar su plaza. “Están utilizando la jerga para marginar”, denuncia.

El Concejo de Barcelona, incluyó en las bases de su concurso la requisito de aprobar el examen de nivel C1 de catalán. En caso de no hacerlo, el resto de méritos aportados por el candidato para conservar su área de trabajo no serían ya tenidos en cuenta y quedaría formalmente excluido del proceso, siendo, a la postre, despedido.

José comprende el catalán, luego de aguantar casi 30 abriles tocando en una facción, en la que la mayoría de sus miembros son catalanes y valencianos. Incluso obtuvo el nivel A2 de esta jerga autonómica tras realizar, voluntariamente, una formación en el año 2006. Pero el Concejo, le exige un dominio muy superior: “Estoy indignado”.

José pasa a la vía legislativo

La esperanza de José pasa, ahora, por la vía legislativo. Impugnó las bases del concurso de méritos al considerar los requerimientos lingüísticos excluyentes y desproporcionados y está a la calma de sentencia: “Yo creo que ningún gachupin debería ser discriminado por este tema”.

Se le echa del trabajo por no acreditar un requisito lingüístico que la destreza diaria ha demostrado que no era necesario para realizar sus funciones.

Es una situación que afecta a otras 11 personas, que han sido despedidas tras un insignificante de siete abriles como interinos por no favor demostrado suficiente nivel de catalán. Entre ellos se encuentran arquitectos, limpiadores, mozos de almacén o conserjes. “Si esto es definitivo, volveremos a Sevilla. El uso de una jerga regional, excluyendo al castellano, como se está haciendo en Cataluña, no creo que llame mucho a la parentela a venir aquí. Conlleva al rechazo. Están utilizando la jerga para marginar”.

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