Tensin desbordada en la CCAA ante una reforma encubierta de la Constitucin: “Espaoles de segunda”, “desigualdad”, “repblica laica”…


  • Cataluña Puigdemont niega una negociación: “Tampoco se ha presentado ningún proyecto de amnistía a ningún partido”
  • política Moreno exige “respeto” a Andalucía ante la propuesta de Urkullu y Ayuso carga: “Su objetivo es una república federal laica plurinacional”

Iigo Urkullu tiene un prestigio incuestionable entre sus colegas, y eso explica, desde el principio, su propuesta de interpretación de la Constitución, una reforma encubierta del texto para diferenciar Euskadi-Cataluña-Galicia del resto, no recibió ninguna censura general. Urkullu también tiene el don de la oportunidad política, ya que lanza su iniciativa cuando el PSOE espera los s del PNV y el PP aspira a los mismos, aunque sea una quimera en su caso. Eso acortó las críticas en las baronías populares, para no chocar con Génova. Y por último, Urkullu tiene el don de la oportunidad (sin adjetivos), ya que varias contrapartes, por necesidades de financiación o ambición de taifas, se animan a abordar cualquier reforma territorial. Pero aparte de los cálculos y las palabras en público, el lehendakari Ha puesto en alerta a todas las comunidades autónomas.

La propuesta multinacional de Urkullu, una oferta y una vía para Pedro Sánchez en su negociación con el independentismo catalán, así como una exigencia de entrega de los votos del PNV en la investidura, parte de la condena al café para todos, esa forma de referirse a la supuesta igualdad entre las 17 comunidades autónomas. Y, ante esta realidad, aspira a una distinción entre aquellos que tuvieron un modelo de autogobierno anterior a la Constitución de 1978, es decir, Cataluña, Galicia y Euskadi, los que ya alcanzaron el rango de autonomía en la Segunda República. Esa mención excluye Andalucíaque certificó esa misma condición en su primer Estatuto de Autonomía (1981).

Y por ello, el primer sobresalto del plan Urkullu, desarrollado en un artículo de El País, lo sintió el presidente Juanma Moreno, quien afirmó: Andalucía conquistó su autonomía por el mismo camino que el resto de comunidades históricas y eso hay que respetado. Está bien hablar de avanzar en el autogobierno, como propone Urkullu, pero sin relegar a nadie y siempre dentro de la Constitución.

Él lehendakari espera el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, la bilateralidad o la capacidad de decidir mediante acuerdo, en una reformulación del derecho a decidir patentado en Cataluña como eufemismo del derecho a la autodeterminación. Es decir, propone modificaciones en bases tan sustanciales de la Constitución que gozan de especial protección. La nueva interpretación que propone Urkullu afecta a la soberanía nacional o a la unidad indisoluble de la Nación española (Título Preliminar de la Constitución), es decir, encajaría en el artículo 168: 1. Cuando se propone la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Título preliminar, al Capítulo Segundo, a la Sección Primera del Título I, o al Título II, se aprobará el principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y se procederá a la inmediata disolución de las Cortes. 2. Las Cámaras electas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras. 3. Una vez aprobada la reforma por las Cortes, se someterá a referéndum para su ratificación. El resultado del 23-J, con mayoría absoluta del PP en el Senado y los 137 popular en el Congreso (el 40% del total, a los que habría que sumar los 33 escaños de Vox, casi otro 10%), no permite una reforma acorde con la Constitución, por lo que la lehendakari levanta un reforma encubierta, una convención constitucional, tomando como excusa la disposición adicional primera: La Constitución protege y respeta los derechos históricos de los territorios forales. La actualización de dicho régimen autonómico se realizará, en su caso, en el marco de la Constitución y los Estatutos.

Urkullu, en realidad, con su capacidad de decidir mediante acuerdos, abre la puerta a referendos, un tema que el PP no aborda en profundidad desde Génova. El Coordinador General, Elías Bendodoen Onda Cero, se limitaron a afirmar que entienden la propuesta del lehendakari organizar una conferencia constitucional, pero aseguró que su formación tiene límites que nunca superarán. Poco después, Alberto Nez Feijó, sin referirse a Urkullu, cometió un desliz: Estamos abiertos a escuchar lo que nos digan desde cualquier parte del mundo. España. Estaremos atentos a todos aquellos que quieran preguntarnos cosas que beneficiando a una parte de España, al final benefician a toda España.

Más beligerantes, aunque elegantes, sin desairar al PNV, fueron los barones populares. El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso RuedaConsidera que la oferta del lehendakari va por buen camino, pero, añadió: La ventaja de unos no puede convertirse en desventaja de otros. Destacó que Urkullu se había enmarcado en la Constitución, aunque, añadió, su objetivo como presidente gallego es evitar desigualdades entre territorios y desarrollarse con las peculiaridades de cada comunidad, sin favorecer a unos en detrimento de otros ni poner a unos en desigualdad o ventaja. A la rueda no le cautivó que Urkullu fuera incluido entre las autonomías realmente históricas y cargara contra Sánchez, por la negociación clandestina con ERC y Junts en Cataluña.

Del gobierno del PP en Castilla y LeónSe alertó: Si son medidas para beneficiar a tres comunidades, no vemos motivos para pensar que los ciudadanos de Castilla y León tengan menos derechos que los ciudadanos de otras. Generará desigualdades en las que no se debe incurrir. Y el Ejecutivo valenciano se sumó: Negociar bilateralmente temas que afectan a todas las autonomías a cambio de votos perjudicaría gravemente los intereses del resto de Comunidades. Apostamos por la igualdad, por que no haya españoles de primera ni de segunda, con el respeto a las particularidades de cada territorio. Defendemos el modelo de Estado de las autonomías recogido en nuestra Constitución. Fue Isabel Díaz Ayuso quien expresó el tono desde el PP, denunciando que el objetivo de Urkullu y Sánchez es una república federal laica plurinacional.

Las críticas surgieron incluso desde las filas socialistas. Ximo Puig, hasta el 28-M el principal barón socialista, advirtió de la asimetría. El Valencia también tiene sus ambiciones. El debate territorial no puede subordinarse sólo al País Vasco y Cataluña, no pueden quedar al margen otras regiones y nacionalidades. Se nos permitirá a todos una lectura más federal.

Curiosamente, el lehendakari no convenció en Cataluña, donde podría verse tentado. Nuestro marco es diferente: amnistía y autodeterminación. También se les ha puesto en alerta, no sea que vean disminuir las pretensiones sobre las que Sánchez ha aceptado negociar.

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