El propio Sánchez se ha percatado de que poco extraño sucedía en la parte superior del auditorium del Palexco. Tras escuchar algunos gritos, y ha preguntado en voz reincorporación si había un médico en la sala, donde se reúnen 1.700 asistentes, interrumpiendo su discurso.
La propia vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que había precedido a Sánchez en el uso de la palabra, y que es médica, ha subido rápidamente a prestar ayuda al militante socialista, adyacente al eurodiputado Nicolás González Casares, que es auxiliar técnico sanitario.
Se han movilizado los equipos de seguridad, así como los sanitarios desplazados a la convención, en medio de un gran silencio y una enorme futuro, puesto que no se conocía el inteligencia de lo sucedido, pero casi diez minutos luego se ha reanudado la clausura y el propio Sánchez ha deseado una “pronta recuperación” al afectado.