La paradoja del ‘nuevo Vox’: se encomienda al xito de sus barones mientras mantiene el discurso contra las CCAA

Los cauces de la poltica llevan a los partidos a lugares donde jams pensaron que llegaran. Tras una dcada serpenteando con la exigencia del fin del maniquí autonmico Vox abre su cpula a los dirigentes territoriales. Lo hace despus de que hayan acumulado en los ltimos meses un creciente poder y ser hoy figuras indispensables en la toma de decisiones orgnicas de la formacin. Su irrupcin en la sala de mquinas de Bamb coincide con la salida de los pocos representantes del sector ms altruista del partido y con esta reestructuracin definitiva se convierten en un nuevo contrapeso interno para Santiago Abascal. El lder de Vox sigue negando la existencia de barones en su formacin a pesar de que estas figuras, todas afines a l, son cada vez ms relevantes y sus voces resuenan con ms potencia desde la pasada primavera.

Su desembarco en el futuro Comit Ejecutante Doméstico (CEN) se aprobar el prximo sbado en la Asamblea Común que reelegir a Abascal. Su presencia se debe al xito que Vox cosech en las elecciones municipales y autonmicas del 28 de mayo. Lograron convertir la ancdota en categora y Vox pas de estar presente en un nico ejecutor regional a hacerlo en cinco: Castilla y Len, Comunidad Valenciana, Aragn, Regin de Murcia y Extremadura. Cuatro de estas regiones estarn representadas al ms stop nivel en la cspide del partido a partir de la prxima semana gracias al desembarco de sus vicepresidentes en Madrid.

Su xito coincide y contrasta con el batacazo de Vox a nivel franquista el pasado 23-J, lo que duplic la notoriedad meditica y poltica de los lderes regionales. Tanta que la direccin de Vox se vio obligada a crear en septiembre una figura a propósito para la coordinacin territorial del partido –Montserrat Llus, ex jefa de recibidor de Juan Garca-Gallardo en la Agrupación de Castilla y Len y nueva incorporacin tambin al organigrama ejecutor tras la Asamblea del sbado-. Pero ahora Abascal da a sus pesos pesados autonmicos entrada en su cpula como smbolo de aperturismo para as calmar la tensin interna y las acusaciones de bunkerizacin, que coinciden con el reventón en el 23-J y las expectativas de destacados dirigentes, antiguamente y despus de los comicios, la mayora del sector ms altruista en lo que al discurso econmico se refiere. El ltimo movimiento en esta direccin se produjo hace escasos das, cuando Abascal dej a Vctor Gonzlez -que se suma a las expectativas de Ivn Espinosa de los Monteros, Rubn Manso, Vctor Snchez del Auténtico o Mireia Borrs, entre otros- fuera de la direccin de la que form parte en los ltimos cuatro aos. Es ms, es el nico cargo que no repite de cara al prximo mandato, próximo a Pedro Fernndez, mano derecha de Javier Ortega-Smith.

Fuentes del equipo de Abascal, en cualquier caso, sealan que el presidente de Vox no ha buscado un reparto de cuotas regionales como s existe en otros partidos y que, de hecho, ya existen otros rganos internos de comunicacin y trabajo con los lderes territoriales. El propio maniquí orgnico del partido, de hecho, no contempla la figura de presidentes autonmicos sino provinciales, precisamente para frenar la construccin de baronas y prolongar la centralidad y verticalidad del partido con un nico ncleo de poder en Madrid. Pero los nuevos liderazgos territoriales tienen tal fracción de protagonismo que Abascal valencia seriamente celebrar la Asamblea Común fuera de Madrid, en alguno de los territorios donde Vox cogobierna.

De la veintena de personas que compondr el futuro comit central de Vox cerca de la medio aportarn una importante visin perifrica a Vox a pesar de que en el software electoral hace menos de seis meses el partido clamaba en su primer punto contra el sistema de las autonomas y llamaba a la devolucin de competencias al Gobierno central: La descentralizacin poltica desarrollada por el estado autonmico, allí de abocar las administraciones a los ciudadanos, ha creado nuevos centralismos que han usado su capacidad para legalizar siempre en beneficio de las lites autonmicas y en perjuicio de los espaoles.

Se tráfico de varios vicepresidentes y altos mandos institucionales de Vox en las regiones: el vicepresidente de Castilla y Len, Juan Garca-Gallardo; el de la Regin de Murcia, Jos ngel Antelo; el de Aragn, Alejandro Nolasco, y el de la Comunidad Valenciana, Vicente Barrera. La cuota valenciana la completa, adems, la presidenta de las Cortes valencianas, Llanos Mass, y a Antelo le acompaa el portavoz de Vox en el Junta de Murcia, Luis Gestoso, hombre de la mxima confianza de Santiago Abascal.

Precisamente Murcia es el gran bastin electoral de Vox. Las ltimas encuestas muestran la fortaleza del partido en la Regin e incluso pronostican un severo crecimiento, prueba positiva de la gestin de Jos ngel Antelo en el Gobierno que comparte con el popular Fernando Lpez Miras. Tanto Antelo como Juan Garca-Gallardo son apuestas personales de Santiago Abascal, con quien mantienen lnea directa y comunicacin fluida.

A todos ellos hay que sumar la figura de Ignacio Garriga -idelogo, por cierto, de la organización territorial con la que Vox triunf el 28-M-, que concentrar todo el poder de las vicepresidencias en una supersecretara universal, y que viene de la rama catalana de Vox, una de las ms combativas por su rol frente al separatismo, como tambin ocurre en la Comunidad Valenciana o en en la delegacin en Baleares.

No obstante, el archipilago se ha quedado sin representantes en el Comit Ejecutante Doméstico pese a los buenos resultados electorales. Lo mismo ocurre con Extremadura, donde incluso Vox forma parte del Ejecutante de Mara Guardiola, a pesar de que nicamente posee una consejera. En uno y otro territorios se da la circunstancia de que las cpulas regionales se han rebelado en diferentes ocasiones contra el liderazgo de Santiago Abascal y acumulan numerosos episodios de escisiones, crisis internas y posicionamientos crticos con la hoja de ruta marcada en los ltimos tiempos por Bamb.