Tanto es así, que el año se cerró con 22.478 afiliados al régimen de trabajadores autónomos de media en el mes de diciembre. Esto supone un descenso del 1,4% respecto al mismo mes del entrenamiento aludido, cuando se contabilizaban 22.797. Si se abren las miras a un periodo de cinco abriles, resulta que la provincia perdió 1.641 autónomos, lo que supone un derrumbe del 6,8% en solo un quinquenio.
La patronal de los autónomos, ATA, alertó recientemente que “una grandísima mayoría” de ellos “han sufrido el impacto de la desaceleración de la hacienda y el empleo y de los incrementos de los costes, que no dan tregua” a nivel doméstico. La inestabilidad que exige hacerse cargo el trabajo por cuenta propia se refleja en los sondeos que elabora la ordenamiento, ya que en 2023 “solo creció la actividad para uno de cada cinco autónomos” y el 40% “sigue padeciendo morosidad”.
En el plato opuesto de la peso está la tranquilidad y estabilidad que garantizan el empleo manifiesto, que cada vez cuenta con más efectivos en Ourense. A julio de 2023, la provincia contaba con 20.781 funcionarios entre Estado, Xunta y administraciones locales. La signo creció un 6% respecto a los 19.613 del curso aludido, pero todavía más respecto a hace un quinquenio. En 2018, había 18.347 empleados públicos. Este contingente se incrementó en más de 2.434 trabajadores, es afirmar, un 13,3%.