Ahora, ha sido detenido en Arganda del Rey y ha confesado que los mató a golpes. Ha agradecido que los asesinó por venganza, porque no le devolvían el hacienda que él les había prestado. El hombre explicó a la Policía que había intentado durante meses recuperar ese hacienda, pero que fue irrealizable. Aseguró que lo necesitaba porque se encontraba en la más absoluta indigencia y que por eso tuvo que hacerlo.
Él mismo se entregó a las autoridades. En el registro de la vivienda donde vivía con otros cuatro compatriotas en la asiento madrileña, la Policía buscado el pertrechos del crimen, pero aún se desconoce con seguridad cuál fue. La principal hipótesis es que fue un martillo. La necropsia indica que los tres fallecieron a golpes, aunque incluso presentaban heridas de pertrechos blanca, concretamente, de posibles puñaladas. Además se ha podido entender ahora que el autor del delito habría intentado quemarlos para no dejar pruebas.
Ahora mismo sigue en las dependencias de la Pareja Civil y es muy posible que a lo generoso de este martes se presente en una reconstrucción de los hechos en la vivienda de los tres hermanos, en Morata de Tajuña, donde ocurrieron los hechos.
Estafa del simpatía
Las dos hermanas habrían pedido el hacienda al hombre pakistaní porque habrían sido víctimas de una estafa amorosa. Desde el entorno de los fallecidos se ha relatado a los agentes que, desde hace al menos un quinquenio, las hermanas mantenían contacto con dos supuestos militares con los que entablaron una relación a distancia. Al final de un tiempo, uno de los presuntos militares les dijo que el otro había muerto y que necesitaba una gran cantidad de hacienda para poder cobrar una herencia. Fue entonces cuando una de las fallecidas empezó a mandar hacienda a la cuenta de su ‘novio’ estadounidense Edward, quien no paraba de pedirle cada vez más cantidades con diferentes excusas.
Muchos amigos y familiares les advirtieron de que habían caído en una de las llamadas estafas del simpatía, pero ellas insistían en que el romance era real, a la vez que se endeudaban para satisfacer las demandas del supuesto barragana. Llegaron a pedir hacienda a desconocidos.