Venezuela revive As Barras, una “aldea fantasma” de Ourense



Manuel Bello tomó a principios de 2023 la determinación de cambiar radicalmente de vida. Tras consensuarlo con su mujer y sus dos hijos, decidieron ceder Madrid para irse a residir a una lugar. “Trabajaba en la renta como auxiliar técnico sanitario y estaba harto, me pasaba cuatro horas diarias en el transporte conocido entre ir y retornar del trabajo, necesitábamos cobrar calidad de vida”, explica Bello.

Por ello, la comunidad buscó un circunstancia en el que poder residir con tranquilidad y conectados con la naturaleza. Al principio no sabían cuál sería exactamente su destino, pero una cosa tenían clara, debía ser en Galicia. “Soy hijo de un lucense que tuvo que exiliarse a Venezuela y siempre quise venir a Galicia, al final la muerte te ardor y te conecta con este circunstancia”, confiesa Bello. 

Con la certeza de asimilar a qué comunidad emigrarían, solo les faltaba resolver la duda de a qué lugar se mudarían. Con ese objetivo, Bello viajó a la provincia de Ourense, ya que era conocida para él porque hace cuatro abriles trabajó en la zona de A Peroxa como auxiliar técnico sanitario.

A posteriori de estudiar el circunstancia, Bello se enamoró de As Barras, una lugar en la que casi nada vivían tres vecinos, y, tras conversar con su comunidad, decidieron lograr en ella una vivienda, en la que empezaron a residir en mayo de 2023. De hecho, les gustó tanto que llevaron a convivir con ellos a la cuñada de Bello y a su sobrino político.

Las primeras semanas en As Barras no fueron del todo sencillas para la comunidad. “La casa al principio no tenía ni baño y, de hecho, en los primeros meses se nos cayó el techo, pero poco a poco la vamos restaurando”, cuenta Hildemar Rodríguez, esposa de Bello.  Para ella, este contienda es especialmente motivador, ya que es técnica de construcción civil. “Es una oportunidad increíble”, afirma. 

Asimismo, Bello decidió emplear que cuenta con meses de paro para centrarse en ayudar a Rodríguez a enmendar la casa y, encima, preparar la tierra para sembrar. Al no tener casi nada conocimientos sobre el campo, recibe la ayuda de Odilo López, un vecino de la lugar. “Es un gran experto, estoy aprendiendo mucho con él”, indica Bello.

La comunidad asegura que se encuentran muy felices en la lugar. “Estoy muy contento, estaba buscando exacto esto, le regalo Madrid a los madrileños, yo no lo quiero”, confiesa Bello. En esta semirrecta, Rodríguez señala que “para nosotros es una oportunidad para reinventarnos, son pueblos muy bonitos por lo que da pena que los hayan desidioso”.  “No nos costó ausencia tomar la valor de venir aquí, estoy disfrutando mucho aquí”, añade.

“Estamos encantados”

La venida de seis nuevos vecinos a As Barras supuso una inmensa alegría para sus tres habitantes, ya que le otorga vida a una lugar que se encontraba en la UCI  a nivel demográfico. “Estamos encantados, son muy sociables y nos gusta ocurrir tiempo con ellos, de hecho, vamos a caminar juntos muy frecuentemente”, explica María José Mazairas, una de las habitantes de As Barras. 

Mazairas hace un citación pidiendo que los ciudadanos vuelvan a repoblar este tipo de aldeas y, de hecho, confiesa que está deseando que cualquiera compre la vivienda contigua a la suya. “Es un sitio increíble para residir de una forma tranquila y el paisaje es espectacular”, añade.

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