La Policía Doméstico ha comunicado la detención de Yusef M. L., apodado el ‘Pastilla’, en una época de tren de Leipzig, en la parte este de Alemania.
Los investigadores de la Sección de Sede de Fugitivos del cuerpo policial tenían abierta una investigación a través de la Red ENFAST (Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos), que le situaba en región germano.
Confesó un crimen y está marcado de otro
El fresco, de 20 primaveras y preso en el centro penitenciario Madrid II, más conocida como ‘Alcalá Meco’, se fugó en la víspera de Nochebuena de la gayola mezclado supuestamente entre familiares que le acaban de pasar revista por Navidad.
Se encontraba preso tras confesar el crimen en abril en Cádiz de Nayim K. A., mote ‘Tayena’, patriarca de una de las facciones del crimen organizado en la ciudad autónoma. Todavía está marcado del crimen de un hombre de 26 primaveras al que la costado confundió con un miembro de un congregación rival.
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Una fuga que ha durado un mes
El ahora detenido huyó de la gayola de Alcalá Meco el sábado 23 de diciembre, hace poco más de un mes. Ese mismo día había tenido una comunicación en el garita con sus familiares, en un día de mucha afluencia de visitas dadas las fechas navideñas. Según fuentes penitenciarias, el fresco salió del garita para dirigirse a su módulo, pero aprovechó que lo hacía solo, sin seguridad, y aprovechó la salida de los numerosos familiares que recogían el DNI al finalizar la reconocimiento para mezclarse con ellos y salir al exógeno. Fuentes sindicales atribuyeron a EFE esta marcha de vigilancia a la escasez de funcionarios.
Yusef M. L. fue detenido por la Policía Doméstico a finales de mayo en el puerto de Algeciras y encarcelado provisionalmente en la gayola de la ciudad andaluza. Fue catalogado con nivel cinco en el Fichero de Internos de Distinto Seguimiento (FIES) de Instituciones Penitenciarias.
Oportuno a su conflictividad con un congregación de internos de esa prisión gaditana, fue trasladado a Alcalá Meco a principios del pasado mes de diciembre. La misma tarde del día de su huida, los trabajadores de la gayola detectaron su marcha y activaron los protocolos pertinentes. Encima, la policía difundió sus imágenes pues se le considera “en gran medida peligroso”. Un mes más tarde, ha sido arrestado a 2.200 kilómetros de distancia.
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