La vida de calvario de Elizabeth, secuestrada y violada por su padre durante 24 años y madre de siete hijos fruto del incesto



El ‘monstruo de Amstetten‘ está más cerca que nunca de recuperar su osadía. El hombre que secuestró y violó a su hija durante 24 primaveras en el sótano de su propia casa dejará el centro psiquiátrico en el que se encontraba para cumplir condena en una prisión con delincuentes comunes.

A pesar de estar condenado a cautiverio perpetua, el ‘monstruo de Amstetten’ podría poner en marcha los trámites para su futura puesta en osadía a través de su abogada. Josef Fritzl secuestró a su hija en agosto de 1984 engañándola con la excusa de arreglar una puerta.

Desde entonces, su hija no volvió a salir del sótano en los próximos 24 primaveras. Josef Fritzl logró ayudar el secuestro en secreto delante sus familiares. Violó a su hija en numerosas ocasiones y la dejó en estado de buena esperanza siete veces.

La víctima dio a luz en el sótano una y otra vez, y el séptimo hijo murió cuando solo tenía tres días de vida. Tres de los hijos que salieron delante vivieron con ella en el sótano, mientras que los otros tres lo hicieron en la casa conexo a él y su mujer, que descubrió todo cuando detuvieron a Fritzl.

Denunció la desaparición de su hija tras secuestrarla

Josef Fritzl lo tenía todo planeado. Tan solo un día posteriormente de encerrar a su hija en el sótano, acudió a denunciar su desaparición. El ‘monstruo de Amstetten’ sostenía que se había ido de forma voluntaria para ingresar en una secta.

Incluso obligaba a su hija a escribir cartas a su raíz asegurando que necesitaba suceder una época fuera de casa. Fritzl, una vez confesado, escribió un manual en el que detallaba sus prácticas. Todos sus hijos precisaron ayuda psicológica una vez detenido el padre.

Delatado por una nota de auxilio

La hija longevo de Elizabeth, la principal víctima de esta historia, tuvo que personarse al médico al presentar una enfermedad, acompañada por su yayo. Fue ese día cuando los médicos encontraron en su amparo una nota de auxilio y al intentar buscarla en el historial médico descubrieron que su nombre no figuraba en ningún sitio.

Los médicos intentaron ponerse en contacto con la raíz pero Fritzl lo impidió y decidieron contactar con la Policía. Los agentes registraron la casa del ‘monstruo de Amstetten’ y hallaron el sótano poniendo fin a una vida de calvario.

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