Un vecino de Corbillón, que el miércoles por la tarde paseaba por la pista de Fontao, fue quien dio la voz de sorpresa al detectar un menesteroso tirado en la cuneta. Tras contactar con el párroco, Miguel Blanco, y confirmar este que se trataba del de Entrambosríos, se personó en el punto la Control Civil. “Cando me chamou o párroco e vin ata aquí, a cancela de fóra estaba aberta e, a porta da igrexa, destrozada”, comentaba ayer el sacristán, Antonio López, quien encima del menesteroso, dijo que “levaron o cambio que tiñamos na sacristía, unha casulla antiga e unha botella de viño. Menos mal que non destrozaron ningún santo, nin levaron cadros”, dijo.
Los autores reventaron la puerta utilizando una cruz de hierro que arrancaron de una de las sepulturas más antiguas del camposanto, “tamén usaron unha xardineira e unha pedra que quitaron doutra losa. Viñeron sen ferramentas”, describía el párroco, quien incidió en la violencia del robo, dejando los asaltantes las huellas de sus zapatillas en la puerta del templo.
En el interior, el sacristán trataba ayer de remendar el menesteroso, que en la misma tarde-noche del miércoles, los agentes devolvieron a la parroquia. “Xa non vale para carencia, e a porta, tampouco”, dijo. Ubicada en una pista de poco tráfico entre Entrambosríos y Covas do Río, los vecinos no detectaron ningún movimiento en la zona. Tuvieron ceremonia el domingo y, desde entonces, nadie se había acercado hasta el templo.
Se alcahuetería del segundo robo en la comarca, tras el asalto a tres empresas del polígono de Celanova la semana pasada.