No existe la menor tortura



El estado de Alabama, en Estados Unidos, ha ejecutado por primera vez en su historia a un preso con gas ázoe. 

La ejecución ha tenido punto en el Centro Correccional William Holman en Atmore, sobre las 20.25 horas, posteriormente de que el preso, Kenneth Smith, ya hubiera sobrevivido en noviembre de 2022 a una inyección ofensivo fallida.

El estado de Alabama defiende el método como el “más indoloro que quia se ha conocido“. Otros expertos aseguran que causa “dolor extremo e incluso lo califican como tortura”.

José Cabrera, médico forense, ha explicado que con el ázoe las autoridades lo que hacen es “ahogar” a las personas. “Las personas se duermen, entra en coma y se muere. No existe la último tortura. Es simplemente dormirse“, señala este médico.

El doctor no entiende el revuelo que se ha formado y señala que no “es totalmente estable” y “no reacciona con ningún tejido”.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó minutos antaño de la ejecución el extremo solicitud que la defensa del preso había presentado este mismo jueves por 6 votos a 3, dando así luz verde al inicio del procedimiento.

Mató a una mujer

Smith estaba en el corredor de la asesinato por tener asesinado en 1988 a una mujer, Elizabeth Sennett, por encargo de su marido, Charles Sennett, que pretendía ccomportarse una indemnización. Smith y un cómplice, John Forrest Parker, recibieron 1.000 dólares cada uno.

Sennett se suicidó una semana posteriormente del crimen, cuando se dio cuenta de que las autoridades le consideraban sospechoso, mientras que Parker además fue condenado a asesinato y fue ejecutado en 2010 con una inyección ofensivo.

Pena de asesinato en Alabama

Alabama es uno de los tres estados de Estados Unidos que permite la hipoxia de ázoe como alternativa a la inyección ofensivo y otros métodos tradicionales de pena caudal. Oklhahoma y Mississippi son los otros estados que han acreditado este tipo de pena caudal, aunque hasta ahora ningún de ellos había sido utilizado.

La oficina de la ONU para los Derechos Humanos aseguró la pasada semana en un comunicado que hay “serias” dudas sobre si esta ejecución, en dichas circunstancias, podría incurrir en “tortura u otros castigos crueles, inhumanos y degradantes”.

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