qué piden y las medidas del Gobierno de Macron



Los agricultores franceses continúan con sus protestas con bloqueos de carreteras y manifestaciones frente a edificios estatales a la aplazamiento de una respuesta del Gobierno francés. La retirada de ayudas al combustible ha provocado que el sector diga pespunte en el país, que se suma al descontento en los núcleos agrícolas de toda la Unión Europea.

Las protestas siguen un día más, aunque desinfladas en comparación con días anteriores, sobre todo posteriormente de los anuncios del Gobierno. Unos 40 bloqueos de carreteras y autopistas siguen activas, próximas a la frontera española. Según un conteo realizado por las autoridades francesas, se registraron este sábado 38 bloqueos con la décimo de 700 agricultores.

Varias autopistas han sido reabiertas al tráfico posteriormente de varios días, algunas conectadas con regiones españolas. Muchos de los manifestantes se quejan de la entrada de productos agrícolas procedentes de España, pues consideran que representan una competencia desleal por su bajo precio y que sus estándares medioambientales son peores que los franceses.

El objetivo de las protestas es mejorar las actuales condiciones, que se centran en bajos salarios, la presión impositiva en las granjas como medidas de cuidado medioambiental, la aniquilación de exenciones de impuestos al combustible para maquinarias y la importación de productos, lo que causa un impacto en la industria específico.

Ayudas anunciadas a los agricultores

El nuevo primer ministro francés, Gabriel Attal, ha intentado contener la protesta mediante un nuevo paquete de medidas para aliviar la carga financiera que soporta el sector. El Gobierno francés quiere evitar que la revuelta de los agricultores tenga el repercusión de los ‘Chalecos Amarillos’, la insurrección de 2018 de las clases-bajas de áreas semirrurales que puso a Macron en apuros. Por ello, el primer ministro Attal no tardó en aceptar varias de las reivindicaciones del sector mientras ha metódico a las fuerzas de seguridad intervenir lo leve.

En concreto ha propuesto “diez medidas inmediatas de simplificación” en el campo. La principal medida es la supresión del aumento de la tasa sobre el gasóleo que utilizan los tractores, una de las reivindicaciones que desencadenó la protesta. En materia de ayudas, se ha anunciado el aumento de los presupuestos de indemnización al 90% de algunos sectores y regiones afectadas por la crisis con un presupuesto de 50 millones de euros y una ayuda inmediata de 50 millones de euros a las filiales ‘bio’ de la agricultura franquista.

Attal además anunció sanciones para aquellas empresas de distribución que no respeten las leyes que rigen las relaciones entre la agricultura y la gran distribución. No sin olvidar la competición al acuerdo de redimido comercio entre la UE y el Mercosur.

Asimismo, el presidente francés Emmanuel Macron pedirá en la cumbre de la Unión Europea (UE) del próximo 1 de febrero una derogación de la obligación de dejar un 4% de la tierra en barbecho y simplificar la Política Agraria Popular (PAC), adentro de las medidas para tratar de aplacar las protestas del sector.

Protestas a nivel europeo

 Alemania, Países Bajos o Rumanía viven estas protestas además. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha apostado por el diálogo en medio de una polarización “afilada” frente la agricultura. El Diálogo Táctico, que la presidenta anunció en su discurso sobre el estado de la Unión de 2023, debatirá aspectos como el nivel de vida encajado para los agricultores y las comunidades rurales, el apoyo a la agricultura adentro de los límites del planeta y sus ecosistemas.

Los agricultores europeos reclaman que salarios dignos para todos los agricultores y pymes que intervienen en la cadna. Aseguran que los altos costes de producción y las nuevas políticas verdes europeas no han sido consensuadas con ellos y tienen un impacto tremendo en este sector.

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