La Policía ha desmantelado una ordenamiento criminal que ha afinado la técnica y la comicios de sus víctimas. Algunos miembros se dedicaban a rastrear las redes sociales para determinar a jóvenes que viven fuera de su ciudad o vivienda habitual. Una vez que se hacen con información precisa de estos jóvenes o ‘cebos’, se dedican a determinar los teléfonos móviles de los padres. Poco que siquiera se descarta es que estas organizaciones tengan listados de móviles y datos personales comprados en la ‘deep web’ o internet profunda.
Una estructura piramidal
Los estafadores detenidos habían creado una estructura piramidal perfectamente definida. Eran cinco miembros los que dirigían el entramado en el escalón inferior, los supervisores y captadores de víctimas, rastreadores de redes y. en postrer área. los llamados ‘mulas‘, jóvenes entre 20 y 30 abriles que cedían sus cuentas corrientes para acoger el metálico a cambio de un porcentaje. Los agentes han detenido a 59 personas en Girona y Barcelona, aunque las estafas se llevaban a lengua por todo el país.
Esta modalidad de ‘estafa del hijo en apuros’ puede resultar peligrosa en el caso de pinchar en un enlace enviado además por WhatsApp. Al hacer ‘click’, se abre la posibilidad de que los ciberdelincuentes accedan a nuestro teléfono móvil, rastreen nuestro lista de contactos y, de esta modo, comienza el fuego graneado de mensajes fraudulentos a todos los que aparecen en esa registro.
Frente a todos estos mensajes, lo aconsejable es borrarlos, denunciar a la red social si es posible y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en el caso de caer en la estafa.