Los mercados resisten en las villas de Ourense



Las plazas de abastos se resisten a echar el cerrojo en las villas ourensanas. Apoyados por una clientela fiel, que valora los productos de temporada, de calidad y proximidad, los placeros mantienen abiertos sus negocios, a pesar de la dura competencia que suponen los grandes supermercados y los nuevos hábitos de consumo.

El cerrojo del mercado de abastos celanovés a finales de 2023 es, con anterioridad, el único que se prevé en el plano provincial, donde las plazas buscan nuevos modelos e inversiones que permitan afianzar su maniquí de negocio. Es el caso de Carballiño, donde el Concello estudia la instalación de un supermercado o de una cafetería con el fin de atraer clientes y todavía nuevos placeros; o de Trives, irresoluto de un tesina Next Generation que ayude a posicionar la plaza como centro del comercio. 

En obras están en Viana do Bobo, mientras que en Xinzo de Limia y Ribadavia estudian fórmulas que permitan incrementar el masa de actividad.

Nuevos modelos

En Allariz y Bande se llevó a lengua hace abriles un cambio de maniquí. En uno y otro municipios, cabeceras de sendas Reservas de la Biosfera, se apostó por un espacio enfocado al cliente de fin de semana y al turista. Así, el edificio de la plaza do Matadoiro de Allariz alberga los sábados un mercado de productos de la Reserva, y Bande hace lo propio cada primer domingo de mes. En otras villas como Verín y A Rúa, hace abriles que dejaron de funcionar las plazas de abastos, albergando actualmente otros servicios.

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