Este pequeño municipio de tan sólo 17 habitantes de la Serranía Conquense acogió hasta la segunda parte del siglo XIX una importante industria vidriera que sirvió incluso para la construcción del Escorial
El vidrio es uno de los materiales más singulares que ha utilizado el ser humano a lo dilatado de los tiempos. Quizás, uno de los más comunes e imprescindibles. Recipientes, ventanas, muros e incluso el remedio principal para la clarividencia, las quevedos, dependen de ello.