Los visitantes incluso empezaron mejor. Con mucho ritmo, presionando proporcionadamente y llegando con peligro. Los locales fueron madurando el partido y esperando a que cayesen las ocasiones. A la media hora no eran superiores, ni en el contador ni a los puntos, pero la historia cambió de cachete.
Los goles
Jerin avisó tras una pérdida y en una buena contra y poco a posteriori Amin maniobró proporcionadamente en el ámbito, tanto para crear peligro como para despabilarse el contacto. El colegiado señaló penalti y el punta engañó al cancerbero marcando el 0-1.
Todavía antiguamente del alivio, un balón al ámbito le cayó a Portela y el defensa demostró que tiene en la “chilena” un medio controlado. Hace dos semanas marcó así y ayer asistió a Amin para que remachase de habitante el 2-0. Asunto resuelto.
La segunda fracción tuvo un poco menos de todo. Empezando por la emoción. Las señas de identidad del Ourense CF son de equipo conspicuo porque liquida en ataque y porque concede muy poco en defensa. Empezando por Marqueta. El cancerbero transmite seguridad hasta cuando las jugadas no valen. Y los diez que tiene por delante, sean los que sean, muerden todos.
Ocasiones para apabullar
Brais Penela y Facu Ballardo pudieron ampliar la renta y Alberto Gil ponerle la apoteosis con una remate de vaselina que se fue por encima del madero. Además la tuvo Portela de habitante, pero el cancerbero visitante, Moha, la sacó bajo palos. Faltó poco más de pegada para ampliar la goleada, pero el Ourense CF se guardó el colmillo para partidos más parejos.
La Arandina todavía hizo méritos para darle poco de chica a la recta final, pero ni Rally Cabral ni Frodo pudieron marcar. Ni la goleada circunscrito habría sido torneo ni que pasasen apuros.
Del postrero cuarto de hora lo más destacado fue el regreso de Hugo Sanz. El anexo vuelve a casa buscando el cariño y el protagonismo que no tuvo en el Mediterráneo y se llevó los aplausos falta más saltar y demostró que está para envidiar según tocó la camelo. Quitarle el puesto a Manu Morgade ya es otra historia.
Un cromo más para un elepé al que Rubén Domínguez le sigue poniendo números cada marcha y que los lunes mira la clasificación y se cree que puede ser histórico. Otra vez líder y con 11 puntos de preeminencia sobre la sexta plaza. Por la vía rápida o con curvas, pero el Ourense CF de esta temporada es para disputar el encumbramiento.