Me hicieron desembarcar porque la silla no entraba



Ana María Valle iba a coger un revoloteo a Milán desde Sevilla con toda su clan, se trataba de un regalo de Reyes Magos, pero el regalo acabó siendo un pesadilla. Una vez montada en el avión, la compañía le advierte que su arnés de ruedas no cumple con las medidasexigidas, y le dan dos opciones: bajarse del avión o doblar la arnés con el peligro a que pueda romperse.

La afectada decide descuidar del avión yuxtapuesto a su clan ya que no puede arriesgarse a perder su arnés, una arnés que ella misma describe como “sus pies y sus manos”. Se siente humillada y denuncia la situación para que ninguna otra persona con discapacidad se sienta como ella.

Ana María asegura que advirtió a la compañía sobre su arnés de ruedas y no le pusieron ningún inconveniente. En la web de Ryanair aparecen las medidas exigidas: “Las dimensiones de la arnés de ruedas cuando está plegada no pueden exceder los 81 cm (de parada), 119 cm (de pancho) y 119 cm (de profundidad). Las restricciones de tamaño para las sillas de ruedas/scooters de movilidad se deben a las dimensiones máximas de tolerancia de la puerta del avión”. La afectada alega que su arnés es incluso más pequeña.

Ryanair es una aerolínea que no dispone de gobierno de comunicación, ni de prensa, y entrar a una consulta es muy complicado. Ana María dice que en el aeropuerto le dijeron que le reembolsarían el billete pero a día de hoy no tiene respuesta.

“Están siendo días harto duros”

Hemos hablado con ella en Telediario de la Mañana y nos asegura que “están siendo días harto duros”, tanto es así que su hermana sufrió un ataque de ansiedad. “No es ajustado lo que se hizo en ese aeropuerto con nosotros”, lamenta la adolescente.

“Yo ya estaba sentada en mi asiento del avión y durante todo el día, desde las 10:30 de la mañana se estuvieron haciendo las mediciones de la arnés, y nunca me dijeron que había problema alguno. Siempre me dieron el ‘ok’ para que la arnés pudiese evaporarse hasta el momento de encontrarme en el avión, que me hicieron desembarcar porque la arnés no entraba”, relata Ana María.

“Me dieron 2 opciones, que era la opción de no evaporarse, o, si volaba, habría que partir una parte esencial de la arnés como el joystick. Claro, si tu lo partes, esa arnés no tienen control, y yo pregunté que si determinado me garantizaba que cuando llegase a Milán me pudiese arreglar la arnés”, añade la adolescente.

Dice que es la primera vez que tiene este problema, la adolescente se ha roto en directo mientras Manu Sánchez le preguntaba por qué era tan específico esta fuga, a lo que ella, entre lágrimas nos cuenta que “es un alucinación que ella había organizado personalmente”. “Íbamos a celebrar mi fin de exámenes de carrera, y lo que iba a ser uno de los mejores fin de semana de mi vida, se ha convertido en una pesadilla”.

Ana María está estudiando derecho y para ella es muy importante contender contra las injusticias.

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