Aunque ha valorado “los esfuerzos realizados por el PSOE y Sumar en defender una ley de condonación en un contexto hostil”, ha considerado que “esos esfuerzos se han quedado a medias“. A su parecer, el texto no incluía a todo el mundo y, ” de contar con nuestro voto inclinado, se habría invalidado el compromiso con una condonación integral, completa, sin exclusiones“. Un compromiso que, asegura, “acordamos para la investidura del presidente Pedro Sánchez”.
En su mensaje ha afirmado que desde su partido no pararán de trabajar para “hacer una ley más sólida, sin tantas rendijas”. “Es lo que hemos intentado todas estas semanas, hasta el final; nadie podrá opinar que no hemos tenido voluntad de asistir a un acuerdo. Pero no lo hemos acabado. Tenemos unos días de rehacer el consenso auténtico, del que no dudo, de que la condonación debe incluir a todo el mundo perseguido por esta maquinaria de trinchar derechos fundamentales en los que se ha convertido -para los catalanes independentistas- la judicatura española”, ha explicado.
Se abre la brecha entre independentistas
Oriol Junqueras -otro de los que todavía será amnistiado si finalmente se aprueba la ley- no coincide con el expresidente. “Aunque la proposición que se votaba hoy no es la que hubiera hecho ERC, es una buena ley… y es imprescindible en España“.
Las discrepancias entre los dos partidos independentistas, Esquerra y Junts, abre aún más la brecha entre ellos. Lo que para ERC era una ley sin fisuras “que daba seguridad jurídica a las personas perseguidas”, para Junts tiene grietas jurídicas “por omisión de los jueces“, tal y como ha asegurado Toni Comín, uno de los hombres de confianza de Puigdemont.
Esta desidia de consenso vuelven a dejar clara la afición de la dispositivo en el independentismo catalán. Una dispositivo ya dañada desde la ruptura en el Govern.