Acoso escolar: cuestión de sistémica global



Continúa el acoso

A pesar de los avances actuales en las medidas educativas, relacionadas con la elaboración de programas para hacer frente al acoso escolar, estadísticamente, no solo persiste su existencia, sino que, en la contemporaneidad, está aumentando considerablemente en cuanto un hábitat sistémico que afecta al conjunto del sistema socio- educativo, lo cual merece dedicarle una consejo en profundidad. 

En intención, en el ámbito de los centros educativos, tanto desde la argumento tutorial debidamente planificada, de la estructura del Plan de Convivencia, así como, desde los programas específicos de prevención, propuestos por la fuero educativa flagrante, se alcahuetería de proponer formas preventivas y de autos inmediata frente al acoso escolar y sus graves consecuencias en el ámbito psico- social de las personas que lo sufren. 

Y, aunque, asimismo, son muy evidentes las teorías conceptuales que hacen hincapié en las hipótesis basadas en la presencia de perfiles de las personas acosadoras, que ejercen el maltrato entre sus iguales más sensitivos, esta concepción proposicional de entender el proceso del maltrato escolar no es tan rectilíneo como puede parecer, pues, un perfil específico concreto, que sea sensible, puede convertirse en colaborador del clase acosador y así poder guarecerse del intención del maltrato, hallando así un modo de pertenencia, que evita su propia autodestrucción individual.

Pues adecuadamente, en materia de bullying, ya dediqué algunos artículos en este mismo Xornal Escolar, cuando publiqué un protocolo de autos frente a el acoso escolar (11-2-2016), que, luego, amplié con el examen de la detección del mobbing existente entre los docentes (24-5-2016), por lo que, en este artículo, intento centrarme en la consideración sistémica del concepto del maltrato escolar, pues sin esta acepción hipotética, difícilmente, este podrá erradicarse.

Comportamientos

Por lo que, más allá de la política escolar oficial, la cual, sin duda, debe ser clara, rotunda y en gran medida previsora de las situaciones conflictivas, los utensilios esenciales están conformados por los comportamientos personales de los propios participantes en el medio interactivo socio- escolar, que conforman el proceso intrínseco bajo el cual subyacen las conductas luego emergentes negativas. No, en pocas ocasiones, los estudiantes acosadores no hacen sino imitar las actitudes despectivas y/o de intimidación observadas durante el proceso interactivo socio- escolar de forma, muchas veces, directa, pero, otras muchas, de forma indirecta, pero que ambas constituyen modos conductuales claramente observables adentro del contexto en sí mismo.

Estas situaciones pueden producirse, tanto en ámbitos formales, como son reuniones, comisiones y/o la propia dinámica del clase, como, sobre todo, en ambientes no formales e informales, como diálogos de pasillo, comentarios de café, opiniones en la sala de docentes, así como los comentarios de las familias durante entradas y panorama del colegio, en la que se pueden producir alegatos despectivos sobre esta o aquella cuestión, que terminan llegando al ámbito del clase de forma expresa o estafa, en calidad de cultivos consecuentes con las situaciones posteriores de acoso y/o maltrato.

Ejemplos

Pongamos algunos ejemplos intrínsecos de una consecuencia indirecta del acoso entre iguales. Desde un equipo directivo se produce una disposición despectiva cerca de un determinado docente, la cual es reiterativa, que se evidencia en el contexto de las reuniones oficiales. Pues adecuadamente, esta situación siempre acaba teniendo una repercusión universal en el centro. La desconsideración cerca de ese docente se extiende estafa adentro de la clase, de forma que, si ese docente valora la disposición o el trabajo de un determinado estudiante, ese mismo estudiante puede convertirse en un objetivo de los compañeros de perfil acosador. La situación persiste porque la mayoría acepta y calla frente a este tipo de situaciones para no ganarse la enemistad, especialmente, cuando se alcahuetería de los denominados grupos de poder adentro del contexto socio- escolar.

Si adentro del contexto del clase, un docente estima en demasía o desestima la disposición y/o el trabajo de un determinado estudiante, que reitera asiduamente, si este se alcahuetería de estudiante sensitivo, ya puede convertirse en objeto de acoso entre iguales por los de anciano perfil acosador. 

O, cuando, asimismo, en el ámbito del clase, al mismo estudiante se le corrige en divulgado sus aspectos más débiles reiteradamente o se le hace constantemente preguntas a sabiendas de su posible fracaso en la respuesta, este pronto se convierte en objetivo de risa en divulgado, que, luego, esa misma situación se generaliza al radio de ocio y tiempo soberano.

Si, por el contrario, en el ámbito de clase, al mismo estudiante se le pone en divulgado como ejemplo de perfección, sobredimensionando su individualidad, aunque así fuera, este podría convertirse en objetivo de acoso después, pues, sobredimensionar una cualidad, sino es autoatribuido, puede perjudicar más que beneficiar a dicho estudiante/ persona.

Durante las panorama o entradas, unas familias están haciendo comentarios negativos ocasionales o reiterados sobre otra determinada comunidad, el estudiante perteneciente a esa comunidad cuestionada, puede convertirse en un objetivo de los perfiles más acosadores en el contexto socio- educativo.

Cuando entre el propio clase de estudiantes, se critica y/o deprecia la disposición social y/o escolar de un determinado compañero, el cual es más sensitivo, este puede convertirse en objetivo de una situación de bullying entre iguales, ya no solo desde el clase que critica, sino que la situación puede generalizarse a otros grupos con perfiles acosadores adentro del contexto social y escolar. 

Los mercadería de todos estos y otros muchos ejemplos, van a profesar una intensidad que va a necesitar de otros muchos utensilios sistémicos educativos, es proponer, de la civilización organizativa en sí, del estilo de liderazgo del centro y de la consideración de todos los factores organizativos internos que lo conforman. Pero, por otra parte, esta presión educativa no se halla aislada, sino que, por el contrario, está rodeada de múltiples interacciones sociales que giran aproximadamente de conceptos, adentro de los cuales, la presión grupal ejerce toda su influencia sobre un chivo expiativo, que siempre coincide con cualquiera diferencial y/o de anciano amor/ sensibilidad psico- social.

Seguramente, ninguna de estas acciones se realiza con esta finalidad última, pero, de forma explícita o implícita, se convierten, siempre, en causas explícitas del acoso entre iguales.

Acciones cotidianas

Encima de los planes y programas formales, adecuadamente estructurados, frente el acoso escolar, es preciso acompañarlos de las acciones cotidianas personales y sociales que no busquen antropomorfizar el trabajo grupal docente, ni diligenciar la autoridad íntegro de determinados comentarios, que pueden ocasionar, consecuencias muy graves en el ámbito individual, que, a veces, son irreparables, aun cuando estas no hubieran tenido inicialmente tal intención. 

Pues adecuadamente, todo cuanto estoy proponiendo no es en mínimo una opinión personal, ni la idea uniforme de la improvisación, por el contrario, avala a un conjunto de investigaciones empíricamente contrastadas y en gran medida refutadas en el ámbito internacional, relativa al acoso escolar, que son harto conocidas (Olweus, Fitch, Orpinas y Horne, Totura et al., Namie y Namie, Crothers, Kolbert y Barker, Hansen y otros, Gunsalus et al., Dellasega, Salmivali et al., Zapf et al., Richard, Schneider y Mallet, Carr). En todas ellas, así como, entre otros estudios ya más actualizados (Sharma et al., Saneleuterio et al., Irwin et al.), el acoso escolar es una proposición en cuanto una entidad sistémica entero, consecuencia de todas las interacciones y acciones sociales ejercidas, cuya influencia es anciano si esta procede de las posiciones de sobreextensión dimensionadas de los grupos institucionales de anciano poder, que, aun pareciendo acciones inocuas y/o pasivas, por medio del feedback social se convierten en procesos en gran medida activos, que pueden ser en gran medida aversivas y generadoras de maltrato en determinadas situaciones particulares adentro del contexto. 

Ahora, adentro de cada uno de nosotros/as, cerca de reflexionar sobre nuestras propias acciones y aportaciones adentro del ámbito socio- allegado y escolar, tanto en narración a la escuela primaria, secundaria, como a la enseñanza superior, para tratar de mejorar de verdad esta situación, pues, más allá de la certeza de las teorías de la personalidad sobre los tipos cognitivos, que, en intención, son ciertas, asimismo las variables interactivas, tales como las actitudes y comportamientos personales, grupales y/o acciones colegiadas pueden desencadenar un proceso molesto de maltrato con todas las consecuencias que esto puede suponer en cualquiera de las fases de su expansión en una persona, aun cuando, la intención auténtico del clase no había sido esta.

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