La exposición ‘Luz de luz’ conmemora los 175 años de la Hermandad de la Virgen de la Luz


Si el 8 de septiembre siempre es especial en Almonacid de Zorita, en 2023 lo es aún más, ya que la localidad alcarreña conmemora, en 2023, el 175 aniversario de la constitución de la Hermandad de Nuestra Señora de la Luzpatrona del lugar.

Con motivo del aniversario, subrayándolo, la Cofradía de Nuestra Señora de la Luz, que hoy cuenta con 220 socios, ha preparado, con infinito cariño y gran generosidad de todo el pueblo, una exposición en la que invita a realizar un extraordinario recorrido del casi cinco siglos de devoción a la Virgen de la Luz del pueblo de Almonacid de Zorita.

La exposición, titulada ‘Luz de luz’, fue inaugurada ayer por el vicario de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Agustín Bugeda, con la presencia de la corporación municipal encabezada por el alcalde de Almonacid, José Miguel López, coincidiendo con el inicio del novenario que concluirá el próximo 7 de septiembre con la consagración del pueblo a la Virgen de la Luz. El acto se anuncia con la presencia del obispo, Atilano Rodríguez.

Por lo tanto, la El Espacio Cultural El Molino, hasta finales de septiembre, muestra cómo, a lo largo de los siglos, los almonacilenses han sabido convertir la devoción a su patrona en cultura y arte. Este legado de la Cofradía, celosamente conservado y ampliamente complementado con valiosas piezas pertenecientes a colecciones privadas, se muestra ahora al visitante en el mismo lugar emblemático que albergó la primera capilla dedicada a la Virgen de la Luz de la localidad.

Adosado a su muro norte se encuentran los restos del arco de Bolarque. Y fue allí donde, según la leyenda, un pajarito milagroso limpió la hornacina en la que un soldado de Almorcil había colocado la primitiva imagen de la Virgen. La llamaron de la Luz por los destellos de luz que emanaban de la imagen y que ayudaron a este soldado hijo del pueblo -Diego García Cantarero- a encontrarla en el muladar donde la había escondido el turco que se la vendió. Parece que Diego se lo regaló a su pueblo en 1530.

Fue este pajarito, en 1540, según el ilustre almorcileño, cronista y regidor de la localidad, Matías Escudero y Cobeña, quien recogió estos hechos de los que fue contemporáneo. Otro documento encontrado en el Archivo Parroquial afirma que el milagro del pájaro fue reproducido en 1580, luego de que el paso de los años había relajado la fe. Es en esta época y debido a los milagros citados cuando se establece fuertemente la devoción a la Virgen de la Luz. Prueba de ello es que en los primeros años del siglo XVII, concretamente en 1610, los almorcilenses construyeron la ermita junto al Arco de Bolarque para albergar a su patrona. Con la evolución de la historia del edificio, sería molino y molino, e incluso prisión. Ahora es el Centro CeLA. Juan Escudero y Lozano, cura e hijo del ex regidor, donó, a su muerte, todos sus bienes a la compañía de Jesús para la construcción de un colegio e iglesia. Esta última pasó a ser la actual sede de la Ermita de la Virgen de la Luz.

La bella imagen de la Virgen de la Luz que llegó al siglo XX fue realizada en alabastro dorado y parcialmente policromada. Tenía un enorme parecido con una imagen de la Virgen llamada Madonna de Trapani, encontrada en este pueblo de Sicilia, Italia. Los historiadores de la Cofradía creen que la talla era una reproducción de esta imagen, que gozó de muy importante devoción entre los marineros europeos desde el siglo XVI al XVIII. Y también están convencidos de que fue el original donado por el soldado de los tercios españoles.

Pese a estar inspirado en una advocación lejana, fueron las modas imperantes en Castilla las que lo convirtieron en el icono de Almonacid. A la talla de la Virgen se sumarían los vestidos que se muestran en la exposición y que son prueba fehaciente de la fe que en ella profesan los almorcilenses desde hace cuatro siglos. La imagen de alabastro fue destruida en la Guerra Civil y posteriormente restaurada, en los años 40, por una nueva, creada a imagen y semejanza de la perdida y con las mismas proporciones. Gracias a ello, la cofradía puede utilizar hoy en día todo el ajuar que se puede contemplar en la exposición.

El patrimonio de la Cofradía ha sido incrementado durante siglos por los devotos de Almonacid y ha perdurado hasta hoy gracias al trabajo y compromiso de hermanos y camareras, que la han cuidado y defendido de la desaparición incluso en los momentos más difíciles.

La exposición consta de más de 50 piezas de diversa naturaleza y antigüedad. Por ejemplo, más de 20 de los mantos que ha lucido la Virgen de la Luz desde el siglo XVIII, que es cuando se inició la tradición de vestir a la imagen, hasta nuestros días. A estas piezas más conocidas se unen otras, más íntimas, como las enaguas y camisas de la Virgen, de las que se conservan muchos menos ejemplares debido a su uso y delicadeza.

Además de una prueba fehaciente de la fe de Almonacid en su patrona, ‘Luz de luz’ también rinde homenaje a todas las camareras y mozos de la Virgen de la Luz que han tenido constancia desde la creación de la Cofradía: Pilar Fernández de Heredia, Concepción Villaldea y Rafaela Castuera, que es hoy dama de honor de la Virgen. Ellos, sucesivamente, han recogido el legado y la responsabilidad de preservar todo lo que hoy se exhibe en esta exposición. Hoy Guillermo Pérez es el encargado de continuar el arte de vestir a la Virgen de la Luz para Almonacid.

En una vitrina central se encuentra la joyería de la Virgen, con piezas talladas del siglo XVI al XX. En él se encuentra uno de los objetos más antiguos de la exposición, una cruz-relicario en cristal de roca y oro esmaltado del siglo XVIII e inspirada en modelos de los siglos XV y XVI.

La investigación documental realizada por los hermanos demuestra que, desde los primeros años del siglo XVIII, las distintas corporaciones municipales, inmediatamente después de tomar posesión, compartían la custodia de las joyas de la Virgen. Así, los funcionarios públicos han sido, durante siglos, los encargados de velar por su cuidado. En el siglo XXI también es el Ayuntamiento, ya con fórmulas adaptadas a los nuevos tiempos, el que continúa esta tradición y se encarga de la custodia.

Otro tesoro de la exposición es el Libro de Actas de la Cofradía, que incluye información del año 1848. Está abierto a las actas del año 1975, año en el que -entre otras cosas- se entrega el don del manto que se puede visto en el centro de la sala, por las monjas concepcionistas que estaban en el convento de Amonacid y que abandonaron a finales de 1975.

El estudio de los diferentes inventarios de bienes de la Cofradía, realizados a lo largo de los siglos y conservados en el Archivo Municipal, ha sido fundamental para la elaboración de ‘Luz de luz’ y la datación de los distintos bienes que en él se exponen. Por ejemplo, está el inventario de bienes de la Cofradía de Doña Concepción Villaldea a Doña Rafaela Castuera, el inventario de mantos y efectos de la Virgen de la Luz firmado por Pilar Fernández de Heredia y Concepción Villaldea en el año 1930.

Quienes se acerquen estos días a admirar la exposición podrán observar un grabado original en color, del año 1756, que representa la imagen y el retablo tal y como fueron encontrados en la Ermita de Nuestra Señora de la Luz a mediados del siglo XVIII. Pertenece a la colección privada de Teresa Toledano Ballesteros. La existencia de este grabado dio la oportunidad de recrear con uno nuevo el retablo perdido en la Guerra Civil, y hoy es un recordatorio de cómo era la Ermita en el pasado.

También podrás admirar la fotografía más antigua que se conserva de la portada del Ermita de Nuestra Señora de la Luzla fotografía más antigua de la Virgen vestida, tomada en 1823, perteneciente a la colección de la familia Toledano Muñoz, una fotografía de la imagen original de Nuestra Señora de la Luz sin ropa, de la colección Tomás Camarillo tomada en la primera mitad del siglo XX y perteneciente hasta el Centro de Fotografía e Imagen Histórica de Guadalajara (CEFIHGU) y una selección de programación de fiestas históricas que protagonizan la imagen de la patrona.

La exposición está abierta los viernes, de 16 a 20 horas, los sábados, de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas, y los domingos, de 10 a 14 horas, hasta el 30 de septiembre. La exposición se inaugurará todos los días después del novenario, que comenzó ayer, de nueve a diez de la noche, y también el 8 de septiembre, tras la procesión.

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