El cerradura forzado de la frontera está impulsado por el Movimento Civil pela Agricultura, una plataforma recién formada que emitió un manifiesto justificando las razones de su movilización y las exigencias que plantean “con sensación inmediato”. Dicen combatir “por el derecho humano a la víveres adecuada, por condiciones justas y por la valorización de la actividad”, y adicionalmente invitan “a toda la sociedad civil a estar presente y a apoyar esta causa que es de todos”.
En este sentido, afirman que los agricultores portugueses “están unidos y preparados para defenderse de la tiranía y ataque permanente a la sostenibilidad, la soberanía alimentaria y la vida rural”. Las demandas de la plataforma instan a establecer ayudas económicas, relajar las medidas ecológicas y “optimizar” la captación de fortuna hídricos.
Si los agricultores vecinos cumplen su amenaza de cerrar los pasos transfronterizos, se complicaría la situación para la patrimonio ourensana, que ya se está viendo afectada por las protestas en Francia. Se complicaría la comunicación con Portugal -también quieren cortar el puente de Valença do Minho-, el principal socio comercial de Ourense, a la vez que la problemática en el país galo ya afecta a transportistas y empresas que se ven abocados a circular por desvíos faltos de señalización. Asimismo a permanecer detenidos durante largas jornadas que incluso suponen pérdidas económicas de hasta 600 euros por día y camión.