Los vecinos vieron a Zhang Bo apearse corriendo las escaleras y lanzarse llorando a los cuerpos de sus hijos. En ese momento, todos pensaron que había sido un incidente. De hecho, en su primera traducción, el padre afirmó que estaba durmiendo cuando los pequeños se cayeron por la ventana.
Pero, la investigación avanzó y el hombre finalmente terminó confesando a la Policía china que había planeado el crimen yuxtapuesto a Ye, su pareja, que le había amenazado con cortarse las venas si no asesinaba a sus hijos. El tribunal encargado del caso pudo consentir al teléfono de entreambos, donde estaban los mensajes incriminatorios. “Cuando Zhang dudó, Ye lo obligó a cometer el crimen y finalmente llevó a punta el crimen”, dijo el veredicto.
Zhang Bo había comenzado una relación con Ye Chengchen en 2019, cuando todavía estaba casado con su esposa Chen Meilin, de la que se divorció en febrero de 2020. En cuanto la separación se hizo efectiva, Zhang y Ye empezaron a planear el crimen de los niños de uno y dos primaveras. “Ye le presionó para que cometiera el crimen. Ella no quería que su futuro marido tuviera hijos con otra mujer“, dijo la primera sentencia del Tribunal Popular de Chongqing, ratificada a posteriori por el Tribunal Supremo.
El crimen a los menores tuvo oficio en noviembre de 2020. Siete meses más tarde, la pareja fue condenada a asesinato. Este miércoles, Zhang y Ye han sido ejecutados en Chongqing, un municipio al suroeste de China.
China mantiene la pena de asesinato para 46 delitos, por ejemplo, para los asesinatos, las violaciones, el tráfico de drogas y la corrupción. Pero no se conoce el número exacto de personas al año que ejecuta el país oriental porque la guarismo se considera secreto de Estado y nunca se publica.