Abel Caballero empezó a preparar la Navidad a principios de agosto, con más de cuatro meses de antelación. Creó un “comité especial” para coordinar “el fenómeno turístico emergente más importante en Europa en este momento, y seguramente en el mundo”. Las hipérboles habituales. El pasado jueves aseguró que más de 600.000 personas asistieron a los conciertos de Castrelos, “un éxito”. En la próxima edición, más y mejor. Mejores Navidades y mejores conciertos. Mientras tanto, el otro Vigo, el que a su alcalde no le sirve hablar de millones de visitantes y de euros; al que no apuntan los focos festivos y donde no llegan los ecos de las canciones que interpreta David Guetta, dice ‘basta’. La Federación de Asociaciones de Vecinos Eduardo Chao (Favec) ha puesto en marcha lo que han convocado brigadas vecinales. Serán presentados en sociedad el día 14.
La presidenta de Favec, María Pérez, explica que han decidido dar el paso ante el “abandono total en los barrios y parroquias” de Vigo por “negligencia” del Ayuntamiento. Favec denuncia la existencia de aceras rotas, grandes árboles que no se podan y caen encima de las casas, vegetación que invade las aceras, tuberías rotas que rezuman amianto, aguas residuales “tercermundistas”, una “impresionante” plaga de ratas y cucarachas. … . La idea es que cada barrio tenga su brigada, compuesta por voluntarios. Recogerán las denuncias de los vecinos y la federación será la encargada de tramitarlas. Bastó que la prensa local se hiciera eco, afirma su presidente, para que ya hayan recibido “un montón de correos electrónicos”, no sólo denunciando, sino también mostrando su apoyo y ofreciéndose “a ayudar”.
No se quedarán allí. Planean elaborar un registro de personas que viven solas, ante la preocupación que generan los casos de personas mayores que aparecen muertas en sus hogares. Y siempre en el plano social, en “un par de meses”, a través de una colaboración privada con otras entidades, esperan reactivar una iniciativa que “fue un éxito”: poner a disposición de los vecinos con “pocos recursos” un albañil que arregló los defectos.
La federación denuncia que el rural está abandonado
Favec dará un “plazo considerable” al Consejo. De modo que, al menos, se abra una “vía de entendimiento”. A partir de ahí, si el consistorio en manos del PSOE no toma cartas en el asunto, si persiste la “inacción total”, buscarán, explica Pérez a este diario, otras medidas. Ya han acudido en otras ocasiones a la Valedora do Pobo, y siempre queda la vía judicial. Avanza que habrá mucho “ruido”, especialmente en las redes sociales, y que habrá “actos de denuncia”.
Cuando les dicen que buscarán problema si se ponen ellos mismos a arreglar las aceras, porque Caballero ha marcado a fuego que “las obras en Vigo las hace el Ayuntamiento de Vigo”, ni siquiera el Gobierno, salvo la Xunta, la El presidente de Favec bromea con que, si vienen a proponerlo, “tal vez nos hagan un poco de atención”. En cualquier caso, y recuperando el tono serio que merece el problema de fondo, no habrá vuelta atrás. Queda descartada la “otra vía”, la del entendimiento con el Ayuntamiento. Es un callejón sin salida, como lo demuestra la existencia de denuncias desatendidas “de hace más de 10 años”. Pero, sobre todo, porque Favec no aparece en la lista de entidades congraciadas con el alcalde. De hecho, ocurre todo lo contrario.
en la lista negra
El “caso” de la federación, asegura su presidente, es “uno de los más graves” de cómo el Ayuntamiento de Vigo, con su veterano alcalde al frente, hace distinciones entre asociaciones. “Cualquier asociación o entidad que critique, va a por ella, la descalifica”, afirma. Y no critican por pertenecer a tal o cual partido, se defienden, sólo quieren ser “escuchados”. Afirma que “hace años” les retiraron los convenios y que no recibieron “ningún tipo de financiación municipal”, que tenían un local cedido hasta 2034 pero que se les retiró porque, “en teoría” se iban a realizar unas obras emprendido… y hasta hoy. “Quien no esté de acuerdo lo tiene claro, tiene una cruz”, añade.
Pero no sólo el que no está de acuerdo paga, influye, sino que también hay represalias si “te sumas al que no está de acuerdo”. Sin dar nombres, relata una ocasión “bastante triste” en la que una asociación la invitó a un acto y el alcalde se negó a sentarse y se fue. Esto, añade, implica que “si vuelves a invitar a la federación no iré, no hay financiación y os ahogaré y asfixiaré”. Una especie de “lista negra”, denuncia. Hay entidades que “les gustaría colaborar” con Favec pero “están amordazadas”, “si salen en la foto con nosotros” se exponen, por ejemplo, sostiene Pérez, a quedarse sin financiación para su local, por citar una consecuencia.
Quienes pagan, al final, son los vecinos. Los problemas se acentuaron y Favec, con las manos atadas para participar y ayudar, como sería su deseo, ni siquiera tiene acceso a ningún archivo y documentación, revela Pérez. Insiste en que les gustaría “colaborar” y “aportar”, y reivindica el “gran trabajo” que hacen las asociaciones, trabajo voluntario y gratuito, pero que no llega a oídos del Ayuntamiento porque no les escuchan. Pérez compara los tres meses que puede pasar una tubería rota con el dinero que se inyecta en “fiestas y otros temas”.
“Lo primero es lo primero, si pagamos tanto dinero a los concesionarios, que se dé el servicio como se tiene que dar”, afirma. Los antecedentes, abundan, son un ayuntamiento con una “increíble falta de personal, no hay bomberos, los trabajadores de Vitrasa están en huelga”. “Parece que no es importante y sí es muy importante”, protesta. Los dos Vigos: el publicitado por su alcalde y el que no es objeto de propaganda. Pero ambos se pagan de la misma forma: con impuestos de los vigueses. “Tenemos derecho a reclamar servicios en condiciones que no tenemos”, subraya Pérez. Su esperanza es que si logran una amplia movilización, la situación cambie. Y también se destinan recursos a lo que no da minutos en televisión.