El PP mantenía la esperanza, y socialistas y nacionalistas contuvieron la respiración. En el voto emigrante, el PP siempre se había salvaje con la conquista, con resultados tan contundentes como los registrados en 1997, cuando de 56.594 votos 38.962 fueron para los populares y sólo 12.195 para los socialistas. Por eso, Fraga Iribarne declaró aquella sombra que “el 70% de estos votos irán para el PP”, remitiendo a sus contactos con Argentina y Venezuela.
Pontevedra fue la provincia protagonista. En su circunscripción se jugaba el voto de la posible mayoría absoluta. El PP necesitaba exceder a los socialistas en más de 8.000 papeletas. Tras un recuento empachado de polémicas, los resultados llegados desde la huida, con una décimo que rozó el 40 por ciento, fueron: 15.361 votos para el PPdeG; 13.518 para el PSdeG; y 1.263 para el BNG. Así que el resultado del 19 de junio se mantuvo inalterable, aunque fueron esos comicios de casi infarto los que pusieron sobre la mesa una ingenuidad relegada hasta ese momento: el voto del extranjero podía cambiar o proseguir un gobierno y había que tenerlo en cuenta.
18F, elecciones gallegas
Así que, delante la cita del próximo 18 de febrero, todos los partidos tienen todavía su inspección puesta en los votos de la huida. Con un censo de emigrantes que supone el 17,6 por ciento del total del electorado gallego; la supresión del voto rogado que con toda seguridad aumentará los índices de décimo y con unos resultados que se prevén puedan ser ajustados, el voto del extranjero podría retornar a ser cardinal para la formación del nuevo gobierno gallego. Todo dependerá de los votos que sean necesarios para conseguir un diputado más y de la provincia en la que se juegue ese zaguero punto de partido.
Alberto Núñez Feijóo todavía ha manido moverse el número de escaños oportuno al voto del extranjero, aunque no supuso un cambio de gobierno, al tener asegurada la mayoría absoluta. En 2009, pasó de 39 a 38 diputados, al conseguir el PSdeG en Ourense su botellín escaño. En 2020, y con la falta de “rogar” el voto por los ciudadanos en el extranjero, el voto emigrante en la circunscripción de Pontevedra le dio al PP 42 escaños, logrando Feijóo un récord que sólo había conseguido Fraga.
Pero no sólo en la comunidad autónoma gallega, el voto emigrante ha sido determinante para la formación de un gobierno autónomo.
Asturias
En 2012, en Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, de Foro, sumaba mayoría absoluta con PP y UPyD para seguir en el Gobierno. El recuento del voto emigrante devolvía el escaño al PSOE que, con IU y UPyD, alcanzaba esa mayoría. Unos resultados que acabaron en el Constitucional, pero que finalmente dieron al socialista Javier Fernández la presidencia del Principado.
Euskadi
En 2009, el Partido Socialista de Euskadi, conseguía sumar un escaño más a los 24 que tenía con el voto de los residentes en el extranjero. Lo obtuvo en Álava en detrimento de Eusko Alkartasuna, Ese resultado permitió a Patxi López prescindir de UPyD en las negociaciones y ser favorito Lehendakari en primera revés de la investidura, con los votos de los 13 parlamentarios populares, al contar los dos con los 38 votos que exige la mayoría absoluta, dejando al PNV fuera del gobierno.
Así que el próximo 18F habrá que estar muy pendientes de la trascendencia que el voto llegado desde el extranjero tendrá en la configuración del futuro Parlamento Gallego. 476.514 electores tienen todavía en su mano animarse los próximos cuatro abriles para Galicia.