Entre los antiguos, la acacia era tenida como planta maravillosa, por sus propiedades curativas y era considerada de suma operatividad para rechazar la mala suerte. Ya en el antiguo Egipto fue la representación de Hathor, diosa del sexo y la belleza, y más tarde de Isis, origen de dioses. Diversos hallazgos de sarcófagos egipcios muestran que su madera fue utilizada con profusión en los ritos mortuorios, probablemente oportuno a que es mucho resistente a la pudrición.
A Europa, la mimosa en piropo llegó de la mano del capitán Cook quien la descubrió en uno de sus viajes y la trajo en el año 1804
La mimosa -acacia dealbata- llegó a Francia gracias al explorador y estudiado del siglo XIX James Cook quien la trajo de Australia. El matorral en seguida se adaptó al clima mediterráneo del sur y pronto los aristócratas europeos empezaron a utilizarla para aderezar sus jardines. La renta internacional de la mimosa está en la ciudad de Mandelieu-La Naupole en la región de los Alpes-Maritimos. Allí cada año se celebra en el mes de febrero una feria y fiesta dedicada a esta planta. Desde esta ciudad salen mas de ocho millones de ramos de mimosas al año que se distribuyen a todo el mundo.
En la época Victoriana, donde las flores se utilizaban para despachar mensajes codificados, la mimosa en piropo se utilizaba para comunicar un sexo secreto. Equivalía a rubor y discreción.
Las mimosas representan la energía femenina
En Italia la mimosa en piropo se regala para Sant Valentín y todavía es la piropo que simboliza el día de la mujer. Cabal luego de la II Enfrentamiento Mundial, tres políticas italianas eligieron estas flores como representación perfecta de esta momento, por su floración en esta época en los campos de su país. Teresa Noce, Rita Montagnana y Teresa Matte eligieron a las mimosas como bandera de un día tan distinto y desde entonces es habitual que las mujeres reciban en sus trabajos ramitos de mimosa en piropo.
Cuidados de la mimosa en piropo
La mimosa es una piropo frágil que se sequía con facilidad. Aquí te damos algunas indicaciones para que puedas disfrutar de la mimosa en piropo durante más tiempo.
1. Corta unos milímetros sus tallos antiguamente de colocarlas en un botijo.
Para prolongar la vida de la piropo todavía puedes ocurrir de forma cuidadosa la pasión de una vela sobre la parte terminal de los ramos para impedir que escape el humor nevado del que están empapados los tejidos. Hay quien le funciona mejor, colocar dicha parte en agua hirviendo durante treinta segundos. Una forma de hacerlo es satisfacer una taza hasta unos 5 centímetros con el nítido caliente y luego introducir el tallo hasta sólo cubrir una importancia equivalente al 10 por ciento de su largura total.
2. Cambia el agua cada dos días y vierte cada vez un poco del conservante que recibirás cercano a las flores. Vigila que ningún pájaro vegetal (hojas, flores,..) entre en contacto con el agua y si es así retíralo de inmediato.
3. Coloca tu botijo con piropo de mimosa en un superficie alejado de las corrientes de corriente y el sol.
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