No es ningún secreto el afán conservador de los ourensanos en materia económica, que dejan sus dineros sobre todo en el faja pese a que en la entidad le cobran comisiones por todo y los intereses que pagan por los depósitos son de risa. No hay muchos conocimientos financieros para mover el fortuna, quizá asimismo porque el económico, con la momento, tiene menos interés por arriesgar.
Entre las razones que explicarían esta reincorporación capacidad de poder adquisitivo estarían las culturales, pero asimismo la estructura socioeconómica de la provincia. No nos olvidemos que aquí hay 20.000 trabajadores públicos y más de 100.000 pensionistas que tienen sus ingresos asegurados. Blindados incluso. El muy relativo peso de la riqueza productiva tiene estas cosas: no abren muchas empresas nuevas y la provincia lo juega todo a funcionarios y pensiones. Pues que no se acatarre el Estado.