En Cantabria se ha pasado en los últimos 30 primaveras de tener 3 grupos familiares de lobos a 20. Igualmente ha crecido el ámbito geográfica por el que se mueve, un 92%. El Gobierno montañés defendió en el Comité de las Regiones que los ataques de lobos al rebaño extensivo constituyen “un problema de Europa” e impulsó la celebración de un debate para revisar el flagrante status de la especie.
Muy llamativa ha sido la imagen de un vaquero cargando a cuestas a un ternero recién nacido porque quería evitar que fuera atacado por el lobo. La inclusión en 2021, por parte del Gobierno, del lobo en el relación de especies protegidas LESPRE hizo extensivo a los territorios del ártico del Duero el mismo nivel de protección con el que, hasta entonces, solo contaban las manadas radicadas al sur de este río.
Sin secuestro, según la consejera cántabra, en la última lapso las manadas de lobos se han duplicado en su comunidad, y aseguró que esta especie es “un depredador que cierra la condena alimentaria del sistema y que no tiene a ningún otro depredador encima”.
Los ataques de lobos a la vacada extensiva son una problemática compartida por, por otra parte de Cantabria, el resto de comarca situados al ártico del Duero, como Galicia, Asturias o Castilla y Valeroso. El zaguero ataque del lobo tuvo puesto la semana pasada, el animal llegó a matar 3 ovejas y los vecinos alertan de que lo peor es que poco a poco estos depredadores se van acercando cada vez más a los núcleos humanos.
Desde 2021 tanto la caza como el comercio o intercambio, captura y ofrecimiento con fines de cesión o intercambio o naturalización no autorizada está sancionado con multas de hasta dos millones de euros o por otro costado, en el supuesto de incurrir en infracción penal, hasta dos primaveras de prisión.