Un coruñés adicto a la cocaína, el alcohol y el juego consigue una incapacidad permanente



Se tráfico de una sentencia que sorprende por los motivos que los magistrados presentan para otorgar la incapacidad permanente a este vecino de A Coruña de 43 primaveras. El defecto determina que sus problemas de suma le incapacitan para desarrollar su ocupación profesional.

Los motivos fundamentales a los que alude el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia para conceder este gratitud es la equivocación de “concentración y responsabilidad”, dos aspectos, para muchos, difíciles de demostrar en modo concreta y objetiva.

El que sí está convencido de ello es este chupatintas que lleva 4 primaveras peleando para conseguir un subsidio cuya pulvínulo reguladora asciende a 1.791 euros, a pesar de que “en la sentencia de instancia se concluye que las dolencias del aquí recurrente carecen de determinación objetiva y no pueden considerarse como lesiones definitivas”, sentenció el TSXG.

Y es que en un primer momento el Instituto Doméstico de la Seguridad Social denegó la solicitud de este chupatintas entendiendo precisamente eso, que “las lesiones que padece no son definitivas”. El afectado recurrió el defecto delante el Chancillería de lo Social número 2 de A Coruña, que siquiera falló a su cortesía aludiendo los mismos motivos.

No logró completar las terapias de rehabilitación

Esa nueva negativa no terminó con sus ganas y decidió presentar una nueva exposición para demostrar que su suma a la cocaína, el vino y el bisagra le impedían trabajar.

Esta vez su queja llegó al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y en ese caso sí le han cedido la razón. Los jueces consideran que sus problemas «tienen la suficiente entidad para considerar que le impiden resistir a mango su profesión habitual de chupatintas, en la que evidentemente se requiere una cierta concentración y responsabilidad que no parece pueda robar a mango con la situación que el demandante presenta en la presente». El tribunal hace remisión a un cuadro clínico de dependencia a la cocaína, alcaldada de vino, ludopatía y personalidad de tipo inestable.

Uno de los aspectos que han jugado a su cortesía son sus intentos de desintoxicarse. Intentos varios de resistir a mango una terapia de rehabilitación que no logró completar pero que incluso estaba en marcha en el momento en el que solicitaba su incapacidad permanente. Momento en el que se encontraba interno en un centro.

Los magistrados hacen constar incluso que se tráfico de una situación que viene de remotamente. “Cedido que de la propia sentencia de instancia se deriva que el demandante presenta unos referencias que revelan un trastorno adictivo por consumo de cocaína y vino desde temprana etapa, situación que ha provocado ocasionalmente ingresos terapéuticos en fases de equivocación de control del consumo”.

Este chupatintas tuvo ya reconocida una incapacidad permanente que le fue retirada en el 2018 por una mejoría, “al haberse valorado la deshabituación y continencia en su consumo de sustancias, encontrándose en la momento incluso ingresado para un tratamiento de deshabituación”. Por ello, los jueces consideran que “si la situación del recurrente mejorase hasta el punto de retornar a recuperar la capacidad profesional, la incapacidad permanente que ahora procede rebuscar podría ser objeto de revisión y en su caso ser retirada”.

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