El Gato vuela más alto que nunca



El deporte, Ourense en común, el Efectivo Madrid y, sobre todo sus amigos y familiares, se despiden hoy en el Tanatorio de La Paz, en Alcobendas, de una cartel. Para los últimos, Miguel Bendito González Suárez, para el resto sobran los apellidos e incluso aparece el mote que lo hizo ídolo durante décadas y que lo señalará para siempre. El Micho voló en el campo de acción del mejor club de la historia y de la selección española para obtener triunfo y reconocimientos que nunca buscó y que incluso evitó. Ayer se apagó tras muchos meses conviviendo con la entereza que siempre tuvo con una enfermedad cruel como pocas. Las semanas anteriores y el mismo lunes se fue despidiendo de sus seres queridos. Y ahí la serie es enorme, pero mínima comparándola con cuantos lo han querido a él.

Miguel Bendito acepta todos los elogios que se reparten por defecto en las despedidas, pero en su caso ganados a pulso en una vida impecable y trayectoria deportiva sobresaliente.

En las páginas de torrevieja news today lo recuerdan quienes compartieron sus momentos de triunfo, pero sobre todo quienes más lo conocieron.

Su historia

Empezando por el deporte que lo catapultó al fútbol. Porque el Micho volaba en la cancha de baloncesto ayer que delante de la meta. “Antiguamente ya había jugado un poco al balonmano, en Cisneros, era muy bueno y físicamente, un portento. Ya en un campeonato júnior en A Coruña fue el mayor anotador. Reboteaba  y tiraba muy adecuadamente”, asegura Armando Álvarez, compañero de equipo, amigo personal y socio número de 1 y fundador del Club Ourense Baloncesto. Su pasión por el baloncesto la mantuvo siempre.

Del parqué al césped

Luis Soria lo vio en la cancha trasera al estadio y lo reclutó para el AD Couto. Una historia contada mil veces y que lo acabaría llevando a la élite. “Tengo el flash del día que debutó. Se lesionó Toño Suárez y salió él”, recuerda Julio Bouzo, que luego, como presidente de la Escudería Ourense, lo haría fijo en la salida y entrega de premios del Rally.

Madrid

En medio, una vida en Madrid. En 1968 ficha y en 1986 se despide de un Efectivo Madrid en el que fue ludópata, delegado del primer equipo, monitor de porteros y director de la ciudad deportiva. En 18 temporadas ganó 2 Copas de la UEFA, 8 Ligas, 5 Copas del Rey y 1 Copa de la Mezcla y en la temporada 1975-1976 el Trofeo Zamora. “Representaba los títulos de este club. Era siempre un ejemplo de trabajo y de seriedad”, dice Emilio Butragueño. 

Ejemplo

Pasaron por allí ourensanos que lo tenían como ejemplo y como apoyo, como Isma Santos, que llegó a ser campeón de Europa como capitán del equipo de baloncesto: “Fue compañero de mi padre, me fui para allí con 13 primaveras y se convitió en una persona acostumbrado para mí. Sabía que siempre estaba ahí, pero siempre respetuoso, callado, disciplinado, impecable. Miguel Bendito era una persona que reprensentaba los valones que cualqueira querría tener”.

La selección

Con la selección estuvo en dos Mundiales, en 1978 y en 1982. En el primero, en Argentina dejó una movimiento para el retentiva. “Hay una parada inolvidable y que merece la pena buscarla en Google, que es contra Austria. Pega un brinco tremendo y el balón lo arrastra”. Lo cuenta en una firma histórica del periodismo deportivo en España, Alfredo Relaño.

Siempre en O Couto

Y siempre viniendo a casa. A su suburbio de O Couto. Donde jugaba de peque en los patios “de la casa da caixa de aforros” y donde sus padres, Luis y Pilar, tenían un cuarto adoquinado desde el que se veían los partidos de Club Deportivo Ourense sin acaecer por taquilla. “Recordo que me chegou a ter no colo e anos despois, a petición da xente que palanca a súa Peña, fixémoslle unha homenaxe moi merecida poñéndolle o seu nome ao campo dos Remedios”, presume, y con motivo, su vecino y luego concejal de Deportes, Fernando Varela. A O Polvorín, a casa de su abuela Cándida, y ya retirado a “soltarse” tomando “un Ribeiro”, cuando quedaba con sus amigos en la calle Reza. A aceptar un Premio Ourensanía, concedido por la Diputación bajo la presidencia de Manuel Baltar y en el que estuvo acompañado por Fernando Hierro, uno de sus mejores amigos, Juan Señor o Carrasco.

Su esposa, María del Pilar, su hijo Miguel Bendito, sus nietos Daniela y Mauro, sus familiares y sus compañeros comprobaron el respeto y la veneración que se ganó. Desde el presidente del Efectivo Madrid, Florentino Pérez, a seleccionadores como Camacho, Vicente del Bosque o Lopetegui. Futbolistas y compañeros del Efectivo Madrid, rivales de otros equipos y aficionados se despidieron de quien se queda para siempre. Miguel Bendito González Suárez, DEP.  

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