“Hoy resulta muy raro ver a un estudiante/a tomar apuntes a mano. La irrupción de los ordenadores en las aulas universitarias creo que ha sido poco muy gafe y muy poco caritativo para el proceso de formación de los estudiantes”, asegura Antonio Valle Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de A Coruña. Y es que aquí confluyen dos cuestiones. Por un costado la astucia para escribir en sí misma, la calidad de la letrilla, la velocidad, la claridad. Y por el otro, el pericón de posibilidades que ofrece el ordenador y que hace que el estudiante pierda la atención. “Estamos en presencia de un perfil de alumnado que le resulta difícil concentrarse y atender en clase, lo que trae como consecuencia problemas serios a la hora de entender y comprender las explicaciones del profesor/a”, explica Antonio Valle.
Pérdida de habilidades mentales
Exámenes ilegibles y llenos de faltas de ortografía es la primera de las consecuencias. La pérdida de habilidades mentales la ulterior. “Si quieres hacer un trabajo de 20 páginas el ordenador te va a ayudar, pero si tienes que hacer una síntesis no”, nos cuenta Amparo Botella. Esta psicóloga y grafóloga es una firme defensora de la importancia de la escritura manual. “Favorece la atención, la concentración y la capacidad de retención. Cuando se toman apuntes a mano, en muchos casos, se hacen esquemas y diagramas, se aprende a ordenar conceptos”.
En esta dirección, Antonio Valle pone sobre la mesa un estudio publicado en 2014 en la revista Psychological Science que trataba de comprobar si la toma de notas a mano era más ventajosa que la toma de notas a través de un ordenador portátil. “Lo resultados de ese estudio confirmaron que tomar notas en clase a través de un ordenador era menos efectivo que tomar notas con lapicero y papel, ya que da como resultado aprendizajes menos profundos y, por lo tanto, más mecánicos y repetitivos.”
El proceso de redactar un texto, poco casi rutinario hace unos abriles para cualquier estudiante, resulta una tarea muy complicada para muchos universitarios en la ahora. “Planificar lo que se va a escribir, hacerlo expresando las ideas de una forma clara y ordenada y, finalmente, revisar continuamente lo que se va escribiendo, constituye todo un proceso de detención nivel de dificultad para los estudiantes”, asegura el catedrático. Comparte esta opinión Amparo Botella: “Pierden la capacidad de exponer ideas de forma coherente”.
Retornar al papel
Algunos países como Finlandia ya han hexaedro marcha detrás en la digitalización total de los colegios. Tras comprobar que las capacidades de los estudiantes se reducían a medida que se informatizaban las escuelas, han decidido recuperar los libros de texto. Éste es el camino, dicen los expertos, para escribir –literalmente- el futuro de las nuevas generaciones