Y Pibe frotó la lámpara para impulsar a un Arenteiro que muestra ya su mejor fútbol



Arenteiro ya sabe lo que es ganar en Primera Federación. Lo hizo con solvencia, ganando por tres a cero a la SD Logroñes en un partido que pasará a la historia. Fue una noche lluviosa, pero no importó, porque los goles nos hicieron olvidar todo. El debut soñado ante los suyos, o incluso superándolos. Y mucha culpa la tuvo el argentino, aunque afincado en Cambados, Agustín Emanuel Pastoriza Cacabelos, aunque seguro que muchos descubren al leer esto su nombre y apellido. Todos lo conocen como Pibe y así coreó su nombre en la grada cuando marcó el segundo gol.

Arenteiro sabe, y así lo había anunciado, que sus opciones de salvación, único objetivo del equipo, pasan porque Espiñedo es un fuerte. Salió con esa idea y pronto encontró premio, en el minuto 9. El balón que tiene controlado Marquitos, otro que tiene calidad para regalar, ve la entrada de Pibe en el segundo palo y mete un centro medido que el argentino remata magistralmente de cabeza al fondo de la red. Hacía años que no remataba de cabeza y casi le parecía extraño. Suele utilizarlo para pensar en esos pases y jugadas imposibles que luego ejecuta.

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Partido en pista y todo perfecto. Pero el Logroñés no había venido de excursión y se fue a por los greens. Avisó en el minuto 17 con un doble disparo de Arratia que encontró una barrera insalvable en Diego. Y en el minuto 20 Antonio García le pone el hueco a Rubén López para encarar a Diego, le sujeta, le obliga a escorarse y su disparo lo saca Vitra a córner.

Son esas jugadas decisivas que cambian un partido. La suerte estuvo del lado verde. Y tanto es así que en la segunda llegada clara, repetición del primer gol, pero con una ejecución diferente. De nuevo centro de Marquitos, esta vez por fuera y Pibe, en un acrobático remate desde campo chileno, puso el 2-0 en el minuto 37. Otro gesto de calidad de un jugador que debutó en Primera con el Betis con edad. de 18 años y que por las circunstancias no se mantuvo en lo más alto.

En la segunda parte los de Javi Rey volvieron a salir bien y Marquitos empaló un tiro de esquina sin dejarlo caer, lo que obligó al portero visitante a esforzarse para evitar el gol. Con el paso de los minutos los visitantes presionaron más. Lógico, perdieron 2-0 y Arenteiro dejó pasar las cosas. Se buscó una y otra vez al “tanque” Jordi Escobar, que mantuvo un duelo titánico con Germán Novoa y tanto él como Paredes y Antonio García se encontraron con Diego García, que mostró una gran confianza. Los verdes refrescaron al equipo, pusieron piernas frescas y salieron un par de contras, pero los tiros rasos y cruzados de Jordan Sánchez y Miku se fueron desviados. Y en el 88, éxtasis. Tiago Rodríguez metió un buen balón para Manín, que acababa de entrar, y el andaluz definió con un disparo raso al portero Ander para poner el 3-0, que ya era definitivo. Faltó el delantero verde, que tuvo una pretemporada en la que estuvo casi un mes parado y se mostró algo cabizbajo.

Total, un 3-0 que seguramente los más optimistas no contaron al entrar en Espiñedo y dejar buena imagen y buenas sensaciones. Pero mañana empieza otra película que no se parecerá en nada a ésta.

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