por primera vez algunos abandonan su cultivo


la suerte del uvas de Nochevieja le falta precisamente el agricultores quienes los cultivan, en el valle alicantino del Vinalopódonde por primera vez en la actual campaña algunos han dejado de producirlo, una primera señal de alarma para una fruta tan emblemática de la zona y de la celebración de Nochevieja.

«El problema es multifactorial; Así, desde el punto de vista económico, la caída de la demanda que se produjo en 2022 se debió principalmente a la inflación. A su vez, esta caída de la demanda, unida al aumento de la oferta de uva de mesa procedente de otras producciones y territorios, provocó la precios pagado a los productores cayó significativamente en comparación con años anteriores y este último hizo que rentabilidad de muchas granjas hundir«, describen desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (CRDOP) Uva Ensacada del Vinalopó.

Porque esta situación tampoco viene acompañada de una climatología favorable. “Si a este escenario convulso y económicamente incierto le sumamos el cuestión climática -sequía, incidencia de calor y riesgo de eventos extremos-, la consiguiente mayor incidencia de plagas y enfermedades existentes en esta campaña y las dificultades administrativas que afrontan muchos pequeños y medianos agricultores, la situación se complica enormemente y ha comenzado a dar lugar a una abandono que hasta ahora no se había contemplado en la zona», añaden.

De momento, el descenso global de la producción para este año se mantiene en el 10%, por lo que su suministro a los hogares españoles no peligra, con 35 millones de kilos desde la cosecha hasta principios de 2024, incluida esa variedad tardía que se come en Nochevieja.

Este miércoles se presenta oficialmente en aspe (Alicante) la campaña, como cada vez por estas fechas, con la presencia de autoridades provinciales y autonómicas, entre otros el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.

Desde el pasado 28 de agosto, los consumidores ya pueden encontrar o solicitar la Uva Envasada del Vinalopó con DOP en sus establecimientos habituales de compra. Hasta ahora ha sido cosechado. variedad Victoria, la más temprano y empiezan a cortar las emblemáticas “Ideal” (moscatel italiano), Doña María o Red Globe.

Tras una campaña 2022 marcada por el “muy grave” aumento de los costes de producción, el estancamiento de la demanda y la consiguiente caída de la rentabilidad, la campaña 2023 comienza con “previsiones complicadas” tanto en términos de producción como de comercialización.

El “optimismo” atrae a los consumidores

A pesar de todo, la DOP quiere poner en marcha una mensaje optimistaya que “es un hecho que la diferenciación que aporta la marca de calidad La ‘Uva de Mesa del Vinalopó en Bolsa’ es una garantía cada vez más valorados por los consumidores y, de hecho, 2022 cerró con un incremento de más del 16% del producción certificada en DOP».

Con el matiz de que no debe confundirse este volumen de fruta registrada en campo con la que luego se certifica bajo la marca de Denominación de Origen Protegida.

Su desafío sigue siendo poder llegar directamente a estos consumidores en términos de comunicación y producto; es decir: que los consumidores encuentren fácilmente la uva etiquetada en sus establecimientos habituales de compra y que “conozcan las propiedades y atributos incomparables que tiene frente a otras opciones de consumo”.

Por este motivo, es “fundamental” que los agricultores incrementen los controles en los siguientes eslabones de la cadena: “Cada vez más nos encontramos con usurpaciones o usos fraudulentos de la marca, que suponen una amenaza para el conjunto del sector y para el propio consumidor.

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