De los 667 trabajadores de la mina de oro, nueve se encuentran en paradero desconocido tras el derrumbamiento, según informa el ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya, a la condena CNNTürk. La mina opera desde 2010 y tendría unas reservas de 3,2 millones de onzas de oro, con un contenido de 2,1 gramos de oro por tonelada de mineral.
Confían en encontrarlos con vida. Hay rodeando 400 personas participando en la búsqueda y rescate de las personas sepultadas. A las labores de rescate se han unido el equipos de rescate desde ocho provincias cercanas.
El Ocupación de Equidad turco ha designado a cuatro fiscales para investigar posibles responsabilidades en el incidente de este martes, según recoge ‘EFE’.
El desplazamiento de tierras se produjo en una masa de minerales extraídos de la mina y acumulados para su tratamiento químico. Así lo confirma la empresa que opera la mina, Anagold, que difundió un comunicado explicando que el desprendimiento de tierra se produjo en un espacio donde los minerales se someten a lixiviación: se acumulan y se someten a un baño con cianuro para separar el oro de la piedra.
Una habilidad que los activistas llevan advirtiendo de su peligro ecológico desde hace tiempo, puesto que el cianuro una sustancia en gran medida tóxica.
El río Éufrates, cerca de la zona: ¿hay peligro de contaminación?
El incidente preocupa incluso porque cerca se encuentra el río Éufrates. Sin requisa, el jefe de Erzincan, Hamza Aydogdu, afirmó que “por ahora no hay ninguna filtración al río” y que “el alud de tierra no ha llegado al Éufrates”.
Si los minerales adyacente con el cianuro llegaran al río causarían un desastre para la fauna de la zona y envenenarían el agua -incluida la presa-, las reservas de agua para uso agrícola y humano.
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